Mamá y las nenas 4
Fecha: 02/08/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... dedos horadaban su concha, y alternativamente iban de la vulva al clítoris. Nos besamos. Este sí que fue bien de lengua…, y volvió a la pija, manos y boca complementándose, con absoluta maestría. ¡Lorena es una docente sexual extraordinaria!
-¡Qué rica está, mi amor! Te la quería chupar antes de que fueras a mi concha, porque así solamente tiene gusto a vos.
-Vamos al sillón, tesoro. ¡Te la quiero meter! ¡Me muero de ganas!
-¿No te gusta cómo te la chupo?
-¡SIIII! Por eso, me gusta tanto que me dan ganas de acabar. Por eso quiero “empezar de nuevo”, desde la conchita…
La nena salió de arriba mío. Se levantó y fue al sillón. Acomodó las piernas como antes y se miró en el espejo, sonriendo…
-¡Qué lindo! ¡Cómo se ve!
-¡Lo qué es esa concha! ¡Ahora en “estéreo”…
-¡Jajaja! ¡Pero veo yo sola!
-No te preocupes… Yo también miraré al espejo.
Cuando me acomodé para enterrársela, ella se inclinó para mirar al espejo.
-¡Hey! ¡Qué huevitos que tenés!
-¿”Huevitos”?
-Bueeee… ¡huevones! ¡Jajaja! ¡Con razón me ahogo cuando me acabás en la boca! ¡Hay litros allí!
-Ya vas a sentirlos…
Siempre con Miri mirando al espejo, doblé las piernas para estar al nivel de la concha y fui entrando despacito, saboreando cada centímetro de su interior. Ella seguía en la misma posición, con las piernas sobre los apoya brazos. Cuando la tuve totalmente adentro, la levanté del culo, para estar más derecho y bombear mejor.
-¡Papito! ¡Qué lindo que se ve! Entre tus piernas veo mi culo… y como ...
... la pija está dentro mío…, y sale, despacito…, y como entra…
-¿Te gusta, mi amor?
-¿Ves lo que te digo? Porque es tan rico… Solo un dios de la cogida como vos puede hacerlo tan rico…
-Nena preciosa… ¡Vos sos la diosa! ¡Cómo me la agarrás!
-¿Viste cómo te aprieto?
-¡Si! ¡La siento bien apretada! ¡Sos gloriosa…, gloriosa… diosaaaa!!!
Entonces giré la cabeza. Se veía muy bien en el espejo. Estaba ahí nomás, a metro y medio. ¡Con razón le gusta tanto a la nena!
Nos miramos sonrientes a través del espejo. ¡Algo realmente voluptuoso!
Es el momento apropiado para proponerle lo que vengo imaginando desde “aquel día”.
-Mi amor, no quiero acabar todavía…
-¿Querés que paremos?
-Si, un ratito… - Se la saqué y me incliné para besarla. Nos besamos suavemente…, y fuimos aumentando de “furia”. Las lenguas estaban en plena batalla… Es mi propósito tenerla suficientemente caliente. Mientras nuestras lenguas luchaban, le metí los dedos en la concha…, y con el pulgar le “trataba” el clítoris.
-¡Ayayay! ¡Qué lindo!
-¿Sabés que quiero que hagamos?
-¿Qué papito?
-¿Te acordás que la vez anterior me pediste que te dejara ver cuándo yo orinaba?
-Si, claro. ¿Querés qué vayamos al baño?
-No. Me acuesto sobre la alfombra, vos te ponés en cuclillas sobre mi boca y… haces pis…
-¿Así? ¿Sobre tu boca?
-Si, claro. Lo has hecho otras veces…
-No… eso no… - Miriam no estaba muy convencida.
-En varias oportunidades, durante el orgasmo, tenías una pequeña “dosis” de pichín…
-¡Oh no! ...