Mi mamá me ama 3 - Relatos Eróticos

Mi mamá me ama 3

... Saqué las preciosas sandalias y Kirky levantó las piernas para retirar la pollera. Como hice con la blusa, la puse prolijamente en un lugar adecuado. Kirky había entendido perfectamente. Antes de la furia, el morbo, el sexo, la cogida…, todo iría muy lentamente, disfrutando del amor. ¡Eso quería hacerle sentir!
	Acaricié y besé sus piernas, sus pies, la di vuelta y besé los glúteos libres de la tanga… ¡qué era la mayor parte!
-Yo…, no sé qué hacer… ¡Soy tan feliz! - Las dos manos enredaban sus dedos en mi escaso cabello. ¡También eran caricias!
	En todos los espejos veíamos la hermosísima figura de Kirky.
-¡Uy dio! ¡Cómo me veo! Me… da vergüenza, un poquito…
-¡Estas bellísima! ¡Vos lo sabés!
-Siii… bueno…, me da vergüenza verme así, como me vez vos… ¡justo vos!
-¿Por qué?
-¡Te amo locamente!
-¿Y pensás que me gustás solamente porque sos hermosa?
-No…, bueno… sí. Quisiera que me quieras por más… cosas. No sé. No sé cómo decirte.
-Hace muy poquito que me conocés, a pesar de que tuvimos sexo… hace cinco años. 
-Tenés razón. Te conocí demasiado tarde…, por desgracia…
-¿Tarde? ¡Si apenas tenés 20 años¡
-Pero estás con Araceli… Si no hubiera hecho la estupidez que hice, te habría tenido más cerca.
-Creo que es mejor así, recién volvemos a conocernos… Tal vez terminemos amándonos.
-¿Sí? ¿Puede ser?
Yo seguía acariciando y besando su cuerpo. Ahora encaraba el “calor”. Puse mis manos en el broche del corpiño. Lo desprendí. Lo puse en el lugar de la otra ropa. No ...

... la toqué. Instintivamente Kirky fue a cubrirse con las manos. No tapaba mucho. ¡Demasiado tetas! Si ella esperaba que se las besara…, tendría que tener paciencia… y deseos. Me agaché nuevamente y bajé muy despacito la tanguita. La llevé a sus pies. Kirky apretó las piernas. ¡Cómo si fuera la única vez que alguien se la viera. Pero no acaricié ni besé. 
Entonces me puse a su espalda y besé justo a la altura de las tetas. La hice girar muy despacito. Mis labios se iban acercando a los globos. Cuando llegué al nacimiento de uno, allí donde la leve caída suele incorporar un poquito de sudor…, besé y lamí, sin caricias…
-¡Ay Dios! ¡Diositooo…! no doy mááás… - Kirky se estremeció, tembló toda y… tuvo su primer orgasmo. Kirky abandonó sus tetas y fue con las manos a la entre pierna…
-¡Ay…! ¡Mirá…! ¡Qué vergüenza! Me vine sin que me hicieras nada…
-¿Cómo nada? Te besé y acaricie…
-¡No lo puedo creer! ¡Solamente tus besos y caricias! ¡Me vas a considerar una loca!
-¡Para nada! ¡Sos toda una mujer integral y bellísima! – Allí mismo me agaché a lamer sus muslos… y sus piernas. Los líquidos chorreaban y no iba a desperdiciarlos.
-¡Ay papi! ¡No! ¡Por favor! ¡Me hice pis! – Genial, pensé yo. En algún momento se lo voy a proponer…
-¡Qué pis ni pis! ¡Están riquísimos! – Efectivamente había pis en la chorreadura…, pero el sabor de sus fluidos orgásmicos eran más fuerte. ¡Había tenido un squirt que cubrió con la mano! 
Luego de recorrer prolijamente todas sus piernas y sus pies…, ...