Mi mamá me ama 3 - Relatos Eróticos

Mi mamá me ama 3

... llenándome del placer de sus jugos… y de su piel…, me erguí, para seguir con la tarea en sus tetas. Entonces sí, besé los globos, sólo los globos. Cuando terminé con ellos, sin haber tocado su areola… fui a los pezones, duros como dedales. Kirky había dejado las manos sobre la concha, como si quisiera detener el derrame, sin acariciarse…, pero cuando tuvo mi boca en los pezones, con una mano me agarró la cabeza, apretándome, y con la otra tomó la otra teta poniéndola contra mi rostro, como si quisiera que chupara los dos  al mismo tiempo. 
-¡Jajaja!
-¿Por qué te reís?
-Porque no puedo chuparte los dos pezones al mismo tiempo…
-¡Qué lástima!
	La hice girar y me agaché. Sus glúteos quedaron a la altura de mi boca. Los separé con las manos y me hundí sobre el agujerito. Lo humedecí, lo besé, lo acaricié… y metí la lengua todo lo que pude. Fue bastante, dado que la nena, sin duda, tenía muy buen entrenamiento anal. Gemía y gemía…
Y fui a terminar el aperitivo.
-Sentate en el borde. - Se sentó en el borde de la cama. No hubo más indicaciones. Levantó las piernas y se tomó de las pantorrillas. ¡Su “exposición” fue genial! ¡Qué hermosos y carnosos labios! No tanto como Lorena, pero más que Araceli. Como su mamá, por lo que yo me acordaba.
Comencé besando los muslos y encaminándome hacia arriba y al centro. Los besé, chupé y lamí, sin abrirlos. Me dediqué unos minutos, solamente a los labios mayores. Kirky gemía suavemente. No era de andar a los gritos…. por lo menos en esta ...

... situación. Los abrí con los dedos y fui hacia los internos, totalmente húmedos. Subiendo despacito, por derecha e izquierda, llegué al clítoris. ¿Pasaría? 
-¡Aaaahhh! – Bajó las piernas y me abrazó el cuello con ambas. Se arqueó, se sacudió, tembló y grito: “¡AAAAAHHHH!” Se derramó en mi boca con un flujo de locura. 
Era la hora del primer plato.
-¡Papá, papá, papito! ¡Todavía estás vestido! ¡Ni cuenta me di! Y eso que te miraba en los espejos…
-Solamente verías el cabello, dado que siempre tengo la cabeza enterrada en alguna parte tuya…
-¡Jajaja! – Kirky se levantó…, y no comenzó por la camisa.  	   
	A los dos segundos me había bajado el pantalón y calzoncillo… y tenía la pija en la boca. Me dediqué a sacarme la camisa.
-Acostate papito.
	Me acomodé boca arriba, así facilitaba su “tarea”. La nena se sentó a mi izquierda, y se inclinó hasta la pija, para mamar, por supuesto. Con una mano tomó el tronco y con la otra los huevos. Tal como estaba ubicada, se puso muy interesante. Pasé mi brazo derecho bajo su cuerpo, entre ella y el mío. Le agarré una teta. La mano izquierda la puse sobre su estómago para llegar a la concha. Como estábamos colocados pude introducir el pulgar en la cajeta todo lo que daba, y dos dedos fueron dentro del culo. Kirky se acomodó para que todo entrara bien, sin dejar de pajearme y mamar. En un momento se levantó, sin abandonar la pija ni los huevos, giró la cabeza con una sonrisa absolutamente lujuriosa y nos besamos, con las dos lenguas en ...