Mi mamá me ama 3 - Relatos Eróticos

Mi mamá me ama 3

... estamos juntos ¿no?
-Quiero que sea siempre así…
-Sabés que eso no es posible…, por ahora… Gocemos de estar juntos… - Me incliné sobre su pecho, para besarle los pezones. - ¿Qué querés que hagamos? Tenemos un rato todavía…
	Cualquier acción de cariño y deseo a Kirky le encanta.
-¿Puedo hacerte una cubana? Tengo ganas de masturbarte con las tetas… ¡Me encanta!
-¿Y luego?
-Y… te la chupo… y… 
-¿Y yo?
-Me la chupás a mi…
-O sea… terminamos… con un 69…
-¡SÍÍÍ! ¡Un gran final! 
	Nuevamente Kirky se acomodó a mi costado. Se agachó y me mamó con suavidad y dulzura. Cuando se puso dura la tomó entre las tetas y pajeaba. Me daba la espalda… o sea el culo… Estiré el brazo y lo metí bajo el culo. Puse la mano de manera tal que el anular, el mayor y el índice lo metí en la vulva. El pulgar daba justo para el ano.
-¡Aaaaahhhh! – Se congratuló Kirky… y me dio un mordisquito.
-¡Ay guachita! ¡Me duelen tus dientes!
-¡Jajaja! ¡Me la quiero comer! ¡Es tan rica! 
	Sentí como se acariciaba los pezones con mi glande. ¡Eso sí que es rico! Aunque sabía que no podría eyacular, Kirky se la metió en la boca para sorber el líquido preseminal. ¡Algo había!
-Acomodate mi amor. ¡Haganos el 69!
-¡Siiii, dale! – No ...

... tuvo que darse vuelta. Directamente se tiró sobre mí y siguió con la chupada. Puso las piernas al costado de mi cabeza y chupar la preciosa y húmeda conchita era, efectivamente un gran final… y la preparaba para el SÚPER FINAL! 
	Apenas “tironeé” del clítoris la sacudida fue inmediata…
-¡Aaaaahhhh! ¡Papi! ¡Esto sí que es un gran final! ¡Ahora tenés que limpiarme!
-¡Sin la menor duda! - y recorrí con la lengua toda la vagina, hasta llegar al más “profundo interior”.
Y ahora sí, terminamos… Eso creía yo. 
-¿Nos bañamos, mi amor?
-Todo lo que digás. - Nos levantamos y fuimos a la ducha. 
Kirky se puso el gorrito para proteger sus cabellos. Cuando estábamos todo enjabonados, ella insistió en perfeccionar la limpieza de la pija, primero con las manos y luego con la boca…, y se tomó de las canillas ofreciéndome el culo…
-Te toca a vos. - También fue muy prolija mi “limpieza”. 
Nos secamos en medio de besos y más besos.
Nos vestimos y llamá al conserje por un taxi.
A los tres minutos nos avisó de su llegada. Menos mal. ¡Habíamos empezado nuevamente con besos y caricias!
Cuando bajábamos Kirky me dijo al oído: “¡el más hermoso día de mi vida!”
 -No te olvides que mañana la seguimos a las ocho en casa…