Noche de bodas
Fecha: 31/01/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ¡Ma… ir… cón….! ¡Mari… cóooooooooon!
Comencé a correrme como una perra. Me meaba en la cara de Nuria, que chillaba. Me corrí como una perra sintiendo cómo me llenaba el culo de lechita tibia. Se me desdibujaba el mundo. Con los ojos cerrados, chillando, seguía viendo la imagen del cornudo maricón de mi marido mamando pollas.
- ¡Tragatela, gilipollas! ¡Trágatela!
Me corrí sabiendo que el cerdo de Carmelo bebía leche como una zorra. Supe que se correría, como yo, meneándosela mientras lo hacía. Me corrí como nunca, como una salvaje. Alguien se corrió en mi cara al mismo tiempo. Tenía los dedos clavados en el coño empapado de Nuria, la leche me salpicaba y llenaba mi culo, y me derretía chillando.
Cuando abrí los ojos, Carmelo seguía meneándosela. Salpicaba su leche al aire, y mantenía la polla de Sancho en su boca. Sentí un desprecio intenso hacia él.
La noche no terminó ahí. Hice que todos me follaran, uno tras uno y una vez tras otra. Dejé que todos se corrieran dentro de mí. Lo exigía. Me llenaron de leche. Nos llenaron de leche a Nuria y a mí. Llenaron mi coño, mi culo y mi boca. Carmelo siguió pelándosela. ...
... Cuando, cansada, me fui al dormitorio, todavía me siguieron Alberto y Sancho, que me empalaron al mismo tiempo haciéndome estallar por última vez. Dormí con ellos.
A Carmelo nunca le dejé tocarme. Las cosas se arreglaron entre nosotros. Vivimos juntos, y educamos juntos a Rosa, que nació nueve meses después. Nunca he consentido en hacer una prueba de paternidad. Me da lo mismo. Es hija de todos, por que todos han seguido follándome, a veces uno, a veces varios, a veces todos. Nuria vive conmigo, y Carmelo duerme en el cuartito de invitados. Nos llevamos bien. Nunca le he dejado tocarme. Nunca me ha follado desde el día en que nos casamos. A veces, le dejo asistir a mis encuentros con los chicos, con Nuria, o con quien me da la gana. Solo a veces, por que no quiero que piense que tiene derecho. No lo tiene. Soy yo quien lo consiente. Le dejo mirarnos. A veces le consiento tocarse. Se la menea como un idiota y se corre solo. A veces no le dejo ni quitarse los pantalones. A veces dejo que lama el coño de Nuria después de que alguno de los chicos la haya follado. Esas veces no le dejo tocarse.
Nos llevamos bien, y vive en casa.