1. Mi familia paterna


    Fecha: 12/02/2018, Categorías: Incesto Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... escucharle, se levantó para retirar las cosas y lo seguí. Entre los dos, solo de una vez, pusimos todo en orden. Guardó las cosas. En la cocina, al pisar el frío mármol del suelo, me di cuenta que no me había calzado los pies. Quise pedir disculpas y me hizo un ademán de darle poca importancia. Es verdad que tampoco me había puesto camisa, pero luego me di cuenta que con el clima que hacía, nadie se preocupaba de llevar camisa ni camiseta para comer, incluso antes de sentarse a comer se la quitaban y la dejaban en el pequeño sillón, a no ser que llevaran camiseta de tirantes. Yo aprendí a ir todos los días a pecho descubierto o con una camiseta de tirantes bien sesgada por los costados. Solo en las noches Lorena me hacía colocar una camisa de manga corta abierta por delante, ella quería que mostrara mi pecho, según decía, para dar envidia a sus amigas a causa de mis pectorales y mi vientre plano.
    
    Quise ir a mi habitación para ponerme camisa y Gaspar me dijo que no, que me pusiera zapatillas o sandalias porque íbamos a visitar un castillo o algo así.
    
    Salimos de casa y allí estaba esperando un coche, era de Gaspar y estaba, al igual que Gaspar, a mi disposición. Así que tenía chofer y coche para toda la semana. Un coche no muy grande, un Opel Adam Jam 1.2 70 cv, tal como decía un papel que había en la guantera. Jamás había estado en un Adam, pero me pareció simpático y agradable, muy adecuado para Gaspar, que se sentía orgulloso de su coche. Nos montamos y por el camino ...
    ... me dijo que iríamos a ver un castillo y unas vistas desde lo alto y luego al río a bañarnos. Entonces me sobresalté, porque le dije que no llevaba bañador.
    
    —”¿Te hace falta?”, fue su respuesta.
    
    —”Es que tampoco llevo ropa interior”, dije sorprendido.
    
    —”¿Te hace falta?”, repitió su respuesta.
    
    —”¿Y con el short mojado voy a entrar en el coche?”, dije con cara de lástima, porque me daba pena mojar los asientos.
    
    —”Cuando le dije a tu padre esta mañana que iríamos a bañarnos al río, me dijo que tú no tenías costumbre de usar bañador, ¿qué problemas tienes ahora?, explicó.
    
    —”Este padre mío… ¿Delante de todos? ¡No! Si yo te lo decía por ti, no por mí”, le dije chuleando.
    
    —”Allí puede que haya alguien o nadie, pero vamos a un lugar que mola mucho donde no necesitamos un puto bañador, ¿entendido?”, dijo dándome un suave pellizco en la mejilla.
    
    —”¡Entendido! ¡A sus órdenes, mi capitán!”, respondí, poniendo los dedos de la mano derecha junto a la sien.
    
    Luego me fue explicando la historia del pueblo y del castillo. Al llegar, me di cuenta que ya había concertado la visita y me llevó a lo más alto para ver el panorama. Hizo muchas fotos, sobre todo me hizo a mí en todas las poses y en todos los lugares. Al acabar la visita, saludamos al joven que nos había abierto las puertas, le dio las gracias bromeando con él, le prometió no sé qué, se besaron y nos despedimos. Entonces comencé a pensar que Gaspar podría ser gay y ese chico del castillo también o podría ser su ...
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