1. Mi familia paterna


    Fecha: 12/02/2018, Categorías: Incesto Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... autoritario.
    
    —”OK, y cuando vengamos a casa nos zampamos el whisky, para poder follar sin tapujos, ¿o no?”, dijo sonriendo.
    
    —”Hecho; ni discutamos más”, dije aseverativamente.
    
    Las risas llenaron la habitación y sentí necesidad de quitarme el short y las sandalias y de tumbarme en la cama. Gaspar se tumbó a mi lado, acariciando las tetillas, luego se incorporó, se quitó su ropa, cerró el pestillo de la puerta y se puso a mi lado. Comenzamos a tocarnos y a estimularnos mientras nos contábamos cosas de nuestra vida, del colegio y decidimos ir al baño, mientras uno defecaba el otro se limpiaba los dientes y luego los dos a la ducha para ir limpios a dar un paseo antes de cenar. Así lo hicimos y ya nos apetecía la ducha. Allí nos dejamos empapar por el agua y el gel y quitamos la lluvia de la piña de agua; mojados, nos masturbamos uno al otro hasta llegar simultáneamente al orgasmo, mientras nos besábamos; casi al mismo tiempo nos venimos los dos. Aunque a Gaspar le habían llegado las ganas antes que a mí, me esperó para soltar toda la leche de cada uno sobre el otro y nos abrazamos mientras nuestros penes se iban relajando. Abrimos la ducha y nos lavamos uno al otro, estimulando de nuevo nuestras pollas que al rato emergieron sus jugos con potencia hacia la pared. El agua se encargó de limpiar todo. Pero con gran maestría Gaspar limpió mi ...
    ... glande separando el prepucio y rascando con su uña toda posibilidad de restos. Hice lo mismo, sin tanta maestría, pero igualmente placentero, por lo que vi en el rostro de Gaspar.
    
    —”Y ahora, nada más hasta la noche”, dijo Gaspar.
    
    Había en mi montón de ropa un pantalón vaquero corto, dos camisetas y un tanga cuerda.
    
    —”El tanga está por estrenar y te lo regalo. Conviene que lo uses, no sea que te calientes ante las chicas y se te note mancha en el pantalón. No uso los shorts tan cortos como los tuyos, ese te llegará por encima de la rodilla. Te pones la camiseta que quieras y Lorena ya te dará la camisa que te ha comprado hoy. Hoy eres su chico, yo solo seré tu sombra”, dijo cada cosa con gestos como si se lo estuviera poniendo el mismo, pero con movimientos muy afectados y afeminadamente exagerados.
    
    Nos vestimos; Gaspar me peinó a su gusto y no le fue fácil, pero con gomina dominó mi cabello. Y a presumir de primo. A cada conocido que encontramos les iba explicando quién era yo, lo que era y lo que no era, se inventaba sobre la marcha lo que podía llamar más la atención de los otros, extrañarles e incluso escandalizarles. Yo, con mucho gusto, asentía a todo. Además, el primo Gaspar contaba cosas de mí que yo desconocía, tampoco él sabía nada, pero, como se inventaba todo de un modo tan natural, parecía verdad y me divertía hasta descojonarse. 
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