El moro me hizo suyo (Segunda parte)
Fecha: 12/02/2018,
Categorías:
Gays
Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
... Me tubo un rato follando la boca, y cuando creyó que la tenía suficientemente limpia y lubricada, me levantó besándome y magreando todo el cuerpo, para luego girarme contra la mampara de la pared, subirme las manos haciéndome apoyar en ella, a la vez que me sujetaba con sus manos por mis caderas, tirando por ellas y hacerme inclinar un poco, para que mi culo quedara dispuesto para volver ser enculado.
Colocó el glande de su polla en la entrada a mi ano, y fue empujando lentamente, hasta que hizo entrada del glande en mi ano. Arrimó sus pies más a mí, y con un leve movimiento de su pelvis, me metió toda la polla dentro, ¡ooooohhh! Gemí al entrar la polla en mi culo, ¡ooohhhh! Volví a gemir cuando empezó a bombearme con su polla. Aquello sí que era empezar el día con gusto, era empezar con muchísimo gusto y gran placer.
Jabibi no paraba de gemir, y decir lo mucho que le gustaba, y que era su mujercita y amor de su vida.
Hoy me culeaba con muchas ganas y fuerza; llevaba un ritmo salvaje; tan rápido y fuerte me dio, que, en menos de 10 minutos, me dejó preñado el culo de leche, ¡oooohhh! Mi amor que rico culito tienes, ¡ooohhhh! que gusto me das, cuanto placer me haces sentir, mi amor.
Terminó de soltar todo su semen dentro de mi culo, y cuando hubo acabado, sacó la polla, haciéndome que se la chupara y no dejara restos de semen en ella.
Se la chupé con gran devoción y glotonería. Después de habérsela dejado reluciente y limpita, me besó con toda la dulzura del ...
... mundo haciéndome empalmar cómo si fuera un tierno adolescente. Sin dejar de besarme y comerme los labios, me pajeó hasta que me corrí sobre su pubis, dando grandes gemidos de placer, ¡ooohhh! Me corro, me corro, mi amor, ¡ooohhh!
Una vez solté todo el semen que tenía, terminamos de ducharnos y mientras nos secábamos, pudimos disfrutar de la follada que le estaba dando un marroquí, a otro marroquí jovencito que había en el barco.
Antes de que saliéramos para nuestro camarote; también fue por secarnos a cámara lenta, y no perder el espectáculo; terminó de correrse el marroquí más viejo, en el culo de aquel joven marroquí.
Y es que el follar, comer y rascar, solo es cuestión de empezar.
Llegamos al camarote, nos vestimos; esta vez ya no me puse el slip; nos fuimos para el comedor, y desayunar antes de empezar el trabajo.
La rutina era todos los días la misma, descansábamos 8 horas y trabajábamos 16 horas. Y todos los días me daba por el culo, al menos una vez por día, aunque la mayoría de las veces era follado 2 veces.
Hubo días que ni tiempo me daba a sacar el buzo, sin terminar de sacarlo, ya me enchufaba la polla en el culo, y no paraba hasta correrse dentro. Los demás marineros, nunca me dijeron nada que me pudiera ofender; me trataban con respeto y cariño. Al fin y al cabo, además de cumplir de sobra con mi trabajo, era la mujercita de uno de los de ellos.
Antes de que se cumplieran los 3 meses de campaña, tuvimos que ir a puerto. Teníamos que descargar el ...