1. El acoso que sufrí por parte de mi hermana


    Fecha: 14/02/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Ifardavin, Fuente: CuentoRelatos

    ... cegar...
    
    Siguió hablando con sorna...
    
    —¿Y qué me vas a hacer? ¿Te vas a chivar a los papás? Pues lo siento, se han ido de viaje... ¿O me vas a dar unos azotes? —Dijo meneando el culo delante de mí.
    
    —Mira Marta —dije, con la poca serenidad que me quedaba, estaba a punto de estrangularla— como no te largues hago una burrada. ¡Me tienes hasta los cojones...!
    
    Mi hermana, en vez de hacerme caso se pasó una mano por el coño haciendo un gesto de lo más obsceno, me hizo un corte de mangas y soltó:
    
    —¡Que te den!
    
    Fue la gota que colmó el vaso. No sé qué pretendía pero se iba a llevar ración doble. Me levanté de la silla, me fui hacia ella, la agarré de un brazo y le solté un bofetón ¡PLAFF!
    
    —¡Hijo de puta! ¡Cabrón! ¡Cómo se te ocurre! ¡Eres gilipollas o qué! —Dijo, llevándose una mano a la cara.
    
    Me quedé parado ¡Le había pegado a una mujer! ¡A mi hermana! ¡Joder a qué límite había llegado! ¡No me lo podía creer! ¡Yo, que no hacía daño ni a una mosca! La otra siguió... —Eres un hijo de puta, ya verás cuando se lo diga a papá. Te va a dar una ostia que te vas a cagar...
    
    —Vale, dile lo que te salga de las narices, pero ya te estás pirando... —Solté con voz cansina
    
    De pronto, mi hermana cambió totalmente de actitud. Se abrazó a mí, aplastando sus tetas en mi pecho... —Jo Luis, ¿por qué te llevas tan mal conmigo? Si yo te quiero un montón...
    
    ¿Pero de qué iba esta tía? Estaba alucinando. ¡Ahora resulta que era yo el que se llevaba mal!
    
    —Mira, déjame en ...
    ... paz. No haces más que incordiarme todo el puto día. ¿Acaso yo te doy la coña por algo? —Le dije intentando separarla de mí— No, pero no me haces ni caso y me siento muy sola... —Su voz era muy melosa, como un ronroneo...
    
    ¿Qué se siente muy sola? Ya no sabía qué pensar. Mi hermana se había vuelto loca de remate. ¡Si se pasaba el día con tíos fuera de casa!
    
    —¡¿Y a mí qué me importa?! —Yo seguía de muy mal café, con ella y conmigo mismo por la ostia que le había dado. Seguía Intentando soltarme de su abrazo, me estaba agobiando...— ¿Ves? Siempre me contestas mal —Dijo con voz mimosa. Sin venir a cuento, posó directamente su mano sobre mi paquete y empezó a restregarlo. Tuve un empalme inmediato y me puse como una amapola; de un fuerte empujón me separé de ella—¡Qué coño haces! —Casi chillé. Me había cogido totalmente de improviso.
    
    Se soltó el broche del sujetador, quedando al aire unos pechos perfectamente formados. Firmes, redonditos, quizás un poco pequeños para algunos gustos, debía medir algo menos de 90 de talla, sobre los 87 u 88, pero me parecieron sensacionales, con un pezón rosita encantador...
    
    Me quedé con la boca abierta, no podía creer que Marta me estuviera enseñando las tetas así, con ese descaro... Mi rabia iba en aumento, no me gusta nada exteriorizar mis emociones y, mucho menos, sucumbir a ellas. No podía hacerle ver a mi hermana que sus tetas me parecían maravillosas y me apetecería comérmelas enteras...
    
    Ella prosiguió con su particular striptease, ...
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