Fiesta con sauna y discoteca
Fecha: 18/02/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... podemos entendernos todos en un país o en el mundo si nos respetamos y admitimos unos a otros? La belleza no está en el color rojo porque es vistoso, de rojo y amarillo se pinta el fuego destructor, no es bello el azul porque con azul se pinta el cielo y el mar, no es bello el verde porque la naturaleza se pinta de verde. De noche el cielo se pinta de negro y con estrellas y resulta bello. La belleza es cuando los colores no desdicen unos de otros en una composición, cuando no se pelean, cuando cada uno está en el lugar que le corresponde de un lienzo. La vida de mi hermano y la mía ha sido bella porque mis padres y mi hermano Andrés han entendido que no éramos tan iguales como parecíamos, pero uno al lado del otro vamos mostrando la complejidad de la existencia humana”, así discurseó Fernando y nos hizo pensar.
Pasamos por donde estaba la discoteca, había algunos coches en el aparcamiento, el otro coche disminuyó la velocidad para que pasáramos nosotros delante.
—”Es que ellos no saben exactamente qué dirección tomar para ir a la sauna”, explicó Fernando.
Atravesamos la población por una calle ancha, luego se fue por un desvío y en un sitio que había una plazuela, dimos un par de vueltas para aparcar. Bajamos del coche, me puse la tank top y nos dirigimos a la sauna, estaba aislada. Le di la billetera a Fernando y le dije:
—”Paga tú y la guardas que tienes más espacios en tu pantalón”. Llegamos a la puerta, pagó los tickets de los seis, repartió un ticket a cada ...
... uno y entramos a la zona de taquillas. Un chico se nos acercó y nos dio una toalla blanca, un par de chanclas a cada uno y unos preservativos. Cuando abrí la taquilla para guardar mi ropa había en el interior dos preservativos más y unos sobres con lubricante. Puse la llave atada a mi muñeca. Todos hicieron lo mismo y el chico nos indicó cómo bajar al jacuzzi y a la piscina, y nos dijo que allí descubriríamos lo demás. Como todos, excepto Néstor y yo, se habían envuelto en la toalla, pregunté al chico si había que envolverse con ella y dijo:
—”Solo cuando vayáis al bar es obligatoria la toalla, a los demás sitios podéis ir como queráis y de aquí abajo son solo estos ocho escalones.
Néstor y yo nos pusimos la toalla al hombro y nos bajamos los seis a la piscina. Primero queríamos nadar un poco. Luego, como nos fuimos cansando ya pasamos a conversar al jacuzzi. A la entrada, una vez bajo de las escaleras había unos carteles con avisos, en uno estaban unas pocas normas referentes al respeto hacia los demás, que nadie podría ser obligado a participar en los juegos de otros y había una norma que decía literalmente “No está permitido el escat”. Néstor me preguntó qué era eso del escat, y cuando yo le contestaba explicando que era el sexo con mierda y que eso debía estar para que no ensuciaran las salas, Tono dijo:
—”Vaya, hombre, eso es lo que más me gusta a mí”.
Todos lo miraron detenidamente, extrañados y yo aseguré que de verdad le gustaba y lo hacía muy bien, pero ...