1. Del primer beso, a una inolvidable cogida


    Fecha: 10/03/2018, Categorías: Hetero Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... se tiñó de su sangre.
    
    Así de lado le fui apuntando a su pequeño orificio, no usamos condón pues le había dicho a Carmen, que de esa manera era más fácil. Un movimiento por aquí, otro por allá, la verga se deslizaba al otro canal que queríamos evitar por aquello del embarazo, pero todo aquello bien lubricado también hacia difícil la penetración, fue hasta que Maria del Carmen tomó mi pene, y ella misma ha puesto mi glande a que choque directamente con la abertura de su rico culo. Ella misma empuja, aun con mi verga entre su mano. Siento como si se tratase del relieve de la entrada de un globo plástico que aprieta la punta, pero escucho el gemido de dolor de Carmen y quien susurrando me dice: Me duele, ¿estás seguro que lo quieres? – Yo asisto que sí, que la quiero toda, que quiero llevarla en mis recuerdos. Ella me complace y ha intentado que penetre nuevamente y he vuelto a sentir la presión de su ano. Me dice que no me mueva, que le duele demasiado, y por unos segundos parece estar paralizada. Oigo un suspiro de dolor combinado con el placer. Ella gime, mientras yo he sentido que mi verga se ha deslizado, pero no sé si está adentro de su culo, pues la tensión y extrema lubricación ya me han engañado antes. Yo le pregunto: ¿la tenes adentro? – Ella me dice que sí, pero que no me mueva.
    
    De aquella manera han pasado los minutos, con mi verga adentro del culo de María del Carmen, y solamente he sentido cuando ella hace algunas contracciones y yo le he devuelto la señal ...
    ... con las vibraciones al contraer también mi verga. Por alguna razón, y no sé porque encuentro que tengo un fácil acceso a la conchita de Carmen, y con mis dedos he encontrado su clítoris y he comenzado a sobarlo con cierta delicadeza. Ella, lo aprueba y me dice que esta rico, he incluso, por la libertad que tiene Carmen me ha pedido que le bese el cuello, y con mi mano izquierda logro encontrar su pezón izquierdo y me pide que se lo sobe y hale. Aquello debió ser una sensación exquisita, que de repente Carmen ha comenzado a mover su pelvis con ese ritmo que ahora quiere que mi verga choque con su ano, mientras a la vez su clítoris choca con mis dedos. Sus gemidos son más largos y los decibeles han subido y yo impacto su culo con más fuerza y velocidad, mientras mi mano izquierda hala su pezón y mi mano derecha se ha vuelto un taladro y con mis dos dedos índice y de en medio, se los restregó con gran violencia y explota con un tremendo orgasmo, que parece esta poseída y sus músculos se contraen con tanta violencia que solamente he podido tomarla fuertemente de su cintura y seguir taladrándole su rico culo, mientras ella gime y grita fuertemente: ¡Que rico, que rica culiada me has dado! No pares, párteme el culo con todas tus ganas. – Carmen decía muchas cosas, que si no hubiese estado en esa situación me habrían admirado, pero me las decía a mí; y a mí, me excitaron tanto que le he dejado ir mi corrida adentro de su rico culo.
    
    Caemos rendidos los dos, ella me da esa carita de ...
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