1. Mi hermana consigue lo que quiere


    Fecha: 18/03/2018, Categorías: Infidelidad Autor: lololo, Fuente: CuentoRelatos

    ... viniera conmigo, como si pensaran que me iba a aprovechar de ella o algo así.
    
    – ¿Estás segura, Marta? –escuché que le decía una de ellas.
    
    – Sí sí, no os preocupéis, tranquilas –le respondió mi hermana.
    
    Otra se dirigió a mí, con semblante serio:
    
    – Ten cuidao eh chaval, no te pases –me advirtió.
    
    – Tranquila, conozco a su hermano de sobra –le contesté.
    
    – Bueno, pues cuídala –sentenció.
    
    “No lo sabes bien”, pensé.
    
    Nos fuimos andando, para que con el paseo se le pasara (se nos pasara, que yo también llevaba lo mío) el ciego.
    
    Ya en casa, la acompañé a su cuarto y le llevé agua; no hizo falta que le ayudara a desvestirse porque en el intervalo en el que fui a la cocina a por una botella, ya estaba en bragas y camiseta, y medio dormida.
    
    – Quédate a dormir conmigo, enano… – murmuró con los ojos cerrados.
    
    – Que no coño, mira lo que ha pasao antes en el bar –me negué, con más cabeza que otra cosa.
    
    – Brrbmpf vengaaaa… -balbuceó, pero yo ya me iba a mi habitación.
    
    Me acosté pensando en lo que había pasado, y me costaba creerlo; era como si una cortina de irrealidad se cerniera ante mis ojos. Pero no me costó nada dormirme, por el estado etílico que tenía.
    
    Por la mañana desperté con la boca algo pastosa, y tras unos segundos de desconcierto, me vino el recuerdo como una bofetada de realidad. “Madre mía la que se lio anoche; espero que no nos viera nadie conocido…”. Me incorporé para coger mi vaso de agua de la mesilla, pero topé con algo.
    
    – ...
    ... ¡Coño! ¡Qué haces aquí! –dije sobresaltado; era Marta con lo que había chocado.
    
    Emitió unos sonidos aún dormida, “ggrrrrmppfff”.
    
    La zarandeé levemente del hombro, para que se despertara. Entonces abrió los ojos y sonrió.
    
    – Buenos días, enano… -dijo con un hilo de voz, aún casi en sueños.
    
    – ¿Has venido a mi cama? –pregunté tontamente.
    
    – Jijiji siii… -respondió risueña.
    
    Unos rayos de luz entraban por la ventana, y pude ver una expresión de felicidad en su bello rostro. No sé si se debía a que el alcohol aún corría por sus venas.
    
    – Bueeno vaaale, pero déjame dormir que aún tengo sueño –dije, girándome hacia el otro lado.
    
    – ¡Jijijiji vale! –accedió mi hermana.
    
    Se apretó a mí y me abrazó, rodeándome por la espalda. La notaba muy cerca; sus pechos se oprimían detrás de mí. Tan próximos los sentía, que me pareció que estaba sin ropa. Lo comprobé, pasando la mano desde sus piernas hasta los hombros, para llevar si llevaba algo puesto aunque fuera abajo. Todo lo que toqué fue su piel; estaba desnuda por completo.
    
    – Marta… -empecé a decir.
    
    – ¿Siii…? –contestó somnolienta.
    
    – Que estás en pelotas.
    
    – Sí… -respondió a media voz.
    
    Me puse nervioso y el sueño se me pasó de golpe. Entrelazó sus piernas con las mías, y se puso a juguetear con los pies. Me empezó a besar la espalda sobre la ropa, y sus manos se metieron dentro de la camiseta. Me acariciaba los pezones mientras seguía con los besos, y no pude controlar la polla, que se me puso dura muy ...
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