1. Los casos de Berenice Vineyards (vol. 1)


    Fecha: 02/04/2018, Categorías: Incesto Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... lamentando de no haber esperado al auxilio, algo llamó su atención. Un chico se había acomodado detrás de una joven mujer y, aprovechando un ventajoso hacinamiento, le refregaba el miembro con el mayor descaro. Berenice notó la tremenda erección que reventaba los pantalones del muchacho, que formaba una carpa que el descarado clavaba en cola de la mujer.
    
    En un principio la agente pensó que podrían ser novios, pero la chica se veía muy incómoda y se la notaba haciendo denodados –y estériles– esfuerzos para zafar. Justo cuando Vineyards estaba dispuesta a intervenir, el muchacho decidió abandonar su abyecto proceder. No era que hubiera advertido a la agente acechándolo, sino que había llegado a su estación de destino.
    
    Berenice bajó del tren y lo siguió disimuladamente: podría tratarse de un violador. Ya en la superficie citadina, el joven subió a un autobús con destino a los suburbios. Vineyards también abordó el bus. Éste no iba lleno, sin embargo esto no fue impedimento para que el muchacho pronto le arrimara el paquete a una chica que viajaba en el fondo. Ella se resistió pero él la forzó. Allí fue cuando Vineyards decidió interceder:
    
    –¡Alto, Policía, estás arrestado! –le gritó mientras exhibía su placa.
    
    El chico aprovechó que el autobús abría sus puertas, tras detenerse en una parada, y bajó de un salto para luego darse a la fuga. Berenice también bajó y corrió tras sus pasos. Los lujosos zapatos y la cartera le dificultaban bastante la carrera; aun así, no le ...
    ... perdió pisada al fugitivo.
    
    El ambiente en las calles de los suburbios contrastaba demasiado con la elegancia de la agente, y el trajinar de la carrera le había levantado la pequeña minifalda hasta un punto crítico en el que sus torneadas piernas quedaban totalmente al descubierto. Un centímetro más permitiría verle el color de la bombacha.
    
    Berenice logró sobreponerse a las dificultades con femenina agilidad: era pequeña pero rápida. Muy a pesar de sus tacones de diez centímetros, logró ser lo suficientemente veloz como para no perder de vista a su perseguido, y mantener una distancia prudencial que hizo que el muchacho se creyera liberado de la persecución.
    
    Luego un largo trajinar por calles cada vez más peligrosas, el joven saltó la verja de un descuidado jardín y se introdujo en la casa que yacía en sus fondos.
    
    Berenice sorteó el enrejado con dificultad echando mil maldiciones y, a paso sigiloso, también entró en la casa.
    
    La habitación principal era grande y estaba algo oscura. Vineyards caminó silenciosamente hasta que sintió el fuerte golpe en la espalda que la hizo caer al suelo; su cartera salió volando por los aires. Desde su posición horizontal, la agente pudo ver al chico con un bate de béisbol en la mano.
    
    –¡¿Quién te invitó a mi casa?! –le dijo con juvenil encono.
    
    Berenice pudo incorporarse lo suficientemente rápido como para esquivar el segundo batazo y acomodarle a su atacante un potente zurdazo en la mandíbula. Otros dos puñetazos subsecuentes ...
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