1. Los casos de Berenice Vineyards (vol. 1)


    Fecha: 02/04/2018, Categorías: Incesto Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... verdaderamente escalofriante: casi siempre se trataba de personas jóvenes, a veces matrimonios o parejas de novios, a veces grupos de chicas. La generalidad indicaba que las chicas participantes eran hermosas.
    
    En algún momento de su estadía –siempre de madrugada– los huéspedes eran asaltados por hombres enmascarados portando armas tales como hachas o grandes y filosas cuchillas. Las víctimas eran golpeadas y luego mutiladas brutalmente. Las mujeres eran violadas delante de sus maridos. Las torturas no cesaban hasta que la sangre bañaba las paredes de la habitación.
    
    Sin embargo, la investigación policial no arrojó evidencia alguna de lo relatado por la antigua empleada del motel. No se encontraron cadáveres, ni rastros de sangre, ni cámaras ocultas, ni cintas de video. Nada.
    
    El caso fue archivado, e incluso la denunciante fue sometida a un peritaje psiquiátrico cuyo resultado indicó que estaba en sus cabales. Días después, García desapareció misteriosamente. Algunos vecinos aseguraban que se había marchado hacia otro estado.
    
    El desconcertado psiquiatra que practicó el peritaje fue del Dr. Henry Finley, quien había colaborado con el FBI en anteriores oportunidades; allí había conocido a Berenice Vineyards. Él sabía muy bien que no había nadie mejor que ella en la resolución de crímenes sexuales.
    
    Una noche, el doctor decidió llamar a la agente para comentarle el extraño caso: estaba convencido de que la señora García no mentía, y le parecía demasiado sospechosa ...
    ... su desaparición. Podría decirse que la llamada no fue realizada en el momento más oportuno.
    
    Cuando cimbró su celular, Berenice estaba garchando con su marido a ritmo violento. La rubia le saltaba sobre la pija como si tuviera un gran resorte en el orto. El feroz bamboleo de sus enormes tetas hubiera sido capaz de noquear a quien se las llevara por delante.
    
    Su tremendo culazo, con el pequeñísimo hilo trasero de la tanga trancado en una de sus poderosas nalgas, aplastaba a su marido en cada caída en forma brutal e impiadosa. El pobre hombre parecía que suplicaba, extasiado ante la bestial paliza que recibía del ojete de su enérgica esposa.
    
    La rubia arremetía como si fuera la última cabalgata de la historia; y es que no todos los días su pequeña hija se quedaba a dormir en la casa de sus primas: había que aprovechar el tiempo. De todos modos, ante el insistente gorjeo, Vineyards decidió atender su teléfono, pero escuchó los pormenores del relato de Finley sin parar de rebotar contra el bajo vientre de su afortunado esposo –incluso se dio el lujo de acelerar su jineteada, ya cerca del orgasmo–.
    
    Es probable que el doctor haya pensado que las exageradas exclamaciones de la agente eran producto del impacto que le causaban los detalles de su relato, cuando en realidad eran producidas por otro impacto: el del culo de la hembra contra la agraciada pija que galopaba.
    
    Cierto es que la agente se sintió invadida por una gran curiosidad (todo se le asemejaba mucho al argumento ...
«12...567...17»