1. Era caprichosa, mimosa y traviesa


    Fecha: 06/04/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... monjas ya se habían dado cuenta de que iba la cosa, e iba de dulces, sí, pero de los dulces que tenían entre las piernas? Sor María se alarmó.
    
    -¡El diablo, hermana, fue el diablo el que nos trajo aquí.
    
    Sor Patricia miró a sor María, y le dijo:
    
    -Los caminos del Señor son inescrutables. Y ese dinero son muchos dulces.
    
    -¡El dinero es la semilla del diablo!
    
    Meri se quitó la toalla y se sentó en un sofá.
    
    -A ver si termináis con el numerito. Mi chochito se impacienta.
    
    Sor Patricia, le preguntó:
    
    -¿Qué tendríamos que hacer?
    
    -Lo que yo os diga. Quiero que os corráis en mi boca y beber de las dos, después ya veremos que surge...
    
    Sor María no quitaba los ojos del cuerpazo de Meri. Se había olvidado del diablo. Estaba como hinoptizada. Viéndola absorta, le preguntó sor Patricia:
    
    -¿Quiere correrse en la boca de la señorita por 6.000 euros, hermana?
    
    -Sí, pero que conste que es por el bien del convento,
    
    Merí comenzó a mandar.
    
    -Besaos.
    
    Las monjas se dieron un pico sin lengua... Merí se sentó entre las dos, y besó con lengua a una y después a la otra. Se puso de pie, le puso el coño en la boca a Sor Patricia, y le dijo:
    
    -Lame, y tú, como te llames. Levántate y cómeme las tetas.
    
    -Me llamo María.
    
    -Come mis tetas, bonita.
    
    Las monjas ya estaban coloradas como granas. En vez de gemir Mery, las que gemían eran ellas.
    
    Al rato largo...
    
    -Desnudaos.
    
    Las monjas quedaron en pelotas. Sor Patricia y Sor María era rubias, con grandes tetas ...
    ... y tenían unas grandes matas de vello rubio rodeando sus coño.
    
    Merí se sentó en un sofá, delante de ellas, las monjas se volvieron a sentar en el tresillo.
    
    -Echaos una frente a lo otra en el tresillo y hacer lo que haga yo.
    
    Meri se acarició las tetas y apretó los pezones. Después acarició el clítoris con los dedos haciendo sobre él movimientos circulares y de abajo arriba. Magreaba las tetas con la otra mano... Unos minutos más tarde, se levantó y le comió la boca a sor Patricia. Cuando vio que sus ojos se entornaban, la desplazó hasta que sus pies tocaron la alfombra. Sor Patricia quitó la mano del coño, Mery, se arrodilló sobre la alfombra, metió su cabeza entre las piernas, le lamió el coño y la monja, retorciéndose de gusto, se corrió en su boca. Mary, saboreó la primera corrida de una virgen, que no fuera la suya. Sor María, sin que Mery le dijera nada, se puso en la misma posición de la otra monja, abrió las piernas, Mery volvió a lamer, Sor María, cogiendo su cabeza, movió la pelvis hacia delante, y soltando un squirt, se corrió con unos gemidos tan dulces que parecían música celestial.
    
    Al acabar de correrse las monjas, les dijo Mery:
    
    -Seguidme a mi habitación.
    
    La siguieron. Al llegar a la habitación. Mary se echó boca arriba en la cama. Las monjas, a pesar del lujo que había en la habitación, no quitaban los ojos del escultural cuerpo de la anfitriona, que les dijo:
    
    -Comedme la boca.
    
    Continuará.
    
    Se agradecen los comentarios buenos y malos. 
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