1. Venganza


    Fecha: 12/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... color castaño rojizo. Lo que sí ha heredado son sus esculturales líneas femeninas y sus grandes globos de carne (refiriéndome tanto a sus tetazas como a su trasero). Ahora que lo pienso siempre he tenido a esta chiquilla a punto de caramelo. Veréis, siempre hemos estado muy unidos, ya que el único apoyo y cariño que teníamos ambos era el que nos proporcionabamos el uno al otro. Creo que ahora sí ha llegado el momento de contaros nuestra historia, pero para que comprendáis cómo hemos llegado hasta esta situación tenemos que remontarnos atrás en el tiempo, a una época en la que ni tan siquiera había nacido.
    
    Veréis, mi abuelo era un importantísimo y recto hombre de negocios que tenía a las dos primeras individuas mencionadas por hijas. Era un hombre chapado a la antigua, miembro aférrimo del Opus, que quería la mejor educación para sus "puras" y "virginales" hijitas, por lo que las metió a las dos en caro y estricto colegio de monjas para inculcarles una mentalidad y disciplina católica. Ahora que sabéis cómo era la personalidad de mi abuelo, poneos en su lugar e imaginaros cómo reaccionaría una persona con esa mentalidad cuando se entera de que sus dos "inocentes" hijitas están preñadas con apenas doce años de edad. Y sin saber ninguna de las dos quién es el padre, no por haber sido violadas, sino por que se han tirado a tantos tíos que no saben cuál es el que las ha dejado en estado. Por lo que pude saber hace poco incluso se montaban orgías en las cuales competían entre ...
    ... ellas para ver cual era la que más polvos aguantaba. Y claro, tal puligato exigía una cantidad considerable de machos.
    
    Bueno, pues el pobre hombre casi se vuelve loco al caerle una noticia "bomba" como esa. Sé que ambas recibieron una buena paliza cada una, y que luego las amenazó claramente con echarlas de casa si alguna de ellas tocaba en lo que les quedaba de vida a algún macho. Las sacó del colegio y no volvieron a estudiar en ningún sitio.
    
    Durante los nueve meses de embarazo de esas dos se dedicó a supervisar la obra de la que iba a ser nuestra casa: un chalet de dos plantas independientes, construido en una parcela de terreno que tenía en un monte, relativamente cerca de su casa de campo. La verdad es que el chalet está muy bien, con todo tipo de lujos. Tan sólo tiene un inconveniente: que la carretera más cercana está unos cuatro kilómetros andando por el bosque. La casa más cercana es la del abuelo, a unos trescientos metros andando por un caminito de tierra. Aquí fue donde nos hemos criado desde que nacimos mi prima y yo. De casa al cole y del cole a casa, en el coche del abuelo. El abuelo instaló su despacho en su casa de campo y se fue a vivir permanentemente a ella, para controlar a mi madre y a la tía, desde el cual daba las órdenes necesarias. De vez en cuando se marchaba a la nave industrial para comprobar la buena marcha de la fábrica, pero la mayor parte del tiempo la pasaba en la casa.
    
    Y claro, imaginaos cómo se comportarían esas dos con nosotros ...
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