1. Una esclava inesperada - Reencuentro fugaz I


    Fecha: 12/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... de la mañana, se escuchó el llamado a la puerta de mi habitación. Sonreí y al asomarme por la mirilla me empalmé en el acto, además de que se me enterneció y paralizó el corazón.
    
    Allí estaba ella, con un par de botas cafés y el mismo vestido multicolor que llevaba puesto cuando hicimos por primera vez un trío. Cabello suelto y rizado, coronado con su eterna boina café. Abrí la puerta y la dejé pasar. Su expresión, al ver la habitación, fue oro.
    
    Aún a sabiendas de que nuestra relación era un poco diferente, me nació del corazón tener un detalle, hasta cierto punto, romántico. Quizá, algunos me tacharán de cursi, pero me inclino por el romanticismo. La habitación estaba de la siguiente manera:
    
    Había velas de todos los colores y tamaños esparcidas y encendidas por toda la habitación, cuidadosamente iluminada para que éstas pudieran tener el efecto adecuado. Había algunos pétalos de rosas y margaritas regadas por el suelo y algunas en la cama. No demasiadas, pero si las suficientes para que se notasen.
    
    Quizá no fuera mucho, pero daba un ambiente un poco diferente. Además, las mujeres siempre gustan de éste tipo de detalles.
    
    —¿Tú hiciste todo esto? – preguntó incrédula y con una expresión difícil de interpretar en su rostro
    
    —¿Quién, si no? – dije mientras apuraba la última cerveza del six-pack que había comprado
    
    —Es… - dejó la frase inconclusa y añadió volviéndose hacia mi – Sigues sorprendiéndome cabrón. Nadie había hecho por mí esto ...
    ... antes.
    
    —Sinceramente, te mereces eso y más – repuse con honestidad.
    
    —Aunque más te vale que recuerdes como me gusta ser tratada – sentenció. Sus ojos estaban fijos en los míos y alcancé a notar el atisbo de lágrimas, mientras que su boca esbozaba aquella bien conocida y bella sonrisa.
    
    —Para serte franco, esperaba que con esta visión, sólo pasáramos un día tú y yo. Sin sexo. Sólo intimidad. Sólo disfrutando de la mutua presencia y el placer de vernos. – dije mientras ella arqueaba una ceja – Pero te conozco demasiado bien y hoy vamos a jugar y a revivir muchas cosas. Espero estés preparada para ser seriamente lastimada – añadí moviendo mi cabeza en indicación para que observara la cama, donde se encontraban todos los artilugios que serían utilizados en su cuerpo. Ella ensanchó aún más su sonrisa.
    
    —¿Cómo haces para ser tan perfecto? – dijo y al instante me beso con una pasión que haría parecer al infierno un lugar helado. Tomé posesión de su culo mientras ella me acariciaba el pecho desnudo.
    
    —Gracias por no dejarme plantado – dije cuando nos despegamos y ella se dirigía a observar lo que estaba sobre la cama
    
    —¿Recuerdas éste vestido? – me dijo mientras observaba y sonreía para sí
    
    —¿Cómo olvidarlo? Ese vestido te lo vi por primera vez cuando hicimos nuestro primer trío. ¿Hace cuanto de eso? – pregunté sonriendo en el tono melancólico de los recuerdos
    
    —Parecen siglos, mi querido Lex. – dijo con un suspiro. Se volvió hacia mí y añadió – Bueno, aquí me tienes. Ordena, que yo ...
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