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Mi vida cómo perra
Fecha: 17/04/2018, Categorías: Dominación / BDSM Sexo con Maduras Gays Autor: siervamadura, Fuente: xHamster
... pensé que iba en serio y no pude evitar mearme de miedo. “estas perras, no pueden evitar mearse cuando tienen miedo de verdad”. Dijo a mi Dueño, mientras miraba como me meaba encima de la mesa.“Tu cerda, suéltale las correas y que descanse un poco, hasta que siga con e!!a”. La gorda me desató y pude respirar y mover las piernas y brazos. Me quitó los ganchos nasales y el abrebocas. Me encogí de lado y terminé de mear. Intenté escupir la cera de la boca y empecé a relajarme. Me quedé encima de la mesa. El, se fue donde estaba mi Dueño se sentó a tomar un refresco, mientras comentaban la sesión. Mi Dueño, tenía la polla fuera y completamente tiesa. “ cerda, ven deprisa y ponte de rodillas entre mis piernas” acudió corriendo y el le metió la polla en la boca apretando su cabeza contra su vientre. En un momento, se puso a gruñir como loco y se corría en la garganta de ella, sin dejar que se la sacara y apretando su cabeza fuertemente. Se tuvo que tragar toda la leche y la que no pudo, le corría por la cara tosiendo y con la cara roja del ahogo que le proporcionaba la situación. Cuando e! acabó, le dio un tortazo tirándola al suelo. Se levantó y vino hacia la mesa con la polla fuera y colgándole gotas de leche. Me acarició con suavidad todo lo cuerpo y sobre todo el culo. “ ves lo que pasa por dejarte engañar?. Ahora, relájate para lo que queda. “ acerco su boca a mi oído y me dijo “me has dado mucho placer ha sido uno de los mejores orgasmos que he tenido. Muy bien perrita.” ...
... con un dedo recogió un par de gotas de semen que aún le colgaban y me lo metió en la boca, los chupe con avidez era un gran premio. Me dio un beso en el cuello y volvió al sillón. No sabía lo que me quedaba por pasar pero me sentí bien. Contenta de que mi dolor sirviera para dar placer a mí dueño. Estaba completamente entregado y dominado.Estaban los dos sentados en los sillones tomando cerveza y hablando el hombre de la playa le decía “ tienes que traer un día a tu perra a mí granja y se la echaré a ese semental qué te dije el día de la playa. Para que la monte varias veces y la llene de leche a ver si la preña. “de acuerdo si te parece bien iremos un fin de semana y te llevo también a la cerda para que la uses a tu antojo” “bien así estrenaré con ella el látigo de nueve colas que me he comprado y la encerraré en un establo el tiempo que sea necesario”. Estaba oyendo lo que decían desde la mesa dónde me encontraba tumbado y no me atreví a decir nada. Podía hacer conmigo lo qué quisiera. Se volvió hacia la borda y le dijo “ túmbate en el suelo boca arriba y separa bien las piernas”. Le engancho a los tobillos la barra separadora y accionando el mando de la grúa empezó a levantarla. La tenía delante de mí por lo que pude ver cómo la izaba, hasta que la cabeza le quedó a dos o tres palmos del suelo. El le puso una mano en el coño, cogiéndola de los labios estirando y abriéndolos al máximo. “menudo coño de cerda, lo tiene enorme. Vamos a ver el agujero del culo.” Empezó a meter ...