1. Cogí con mi novia, su madre y sus hermanas


    Fecha: 30/04/2018, Categorías: Hetero Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos

    ... por ahí, hasta asegurarme de que Majo estuviera lo suficientemente mojada. Debo confesarles que darle sexo oral a Majo era una de mis grandes obsesiones.
    
    Majo ahora, manifestaba su placer con mayor comodidad. Sus gemidos se hacían cada vez más presentes y más sonoros, claro que hasta ese momento trataba de ser prudente con el ruido. Una vez que vi a Majo ahí tendida sobre la cama, poseída por la lujuria y el placer me dispuse a cogerla. A cogerla con furia, salvajemente, como merecía ser cogida. Siempre eran una odisea esos primeros minutos en que la penetraba; debido a lo estrecho de su concha, mi pene tenía que entrar lentamente, deslizarse con delicadeza en su rosada y caliente vagina. Era algo que me calentaba hasta más no poder; todo el preámbulo era como subirse a una montaña rusa y permanecer guardando la tensión hasta que el carrito llega a la cima, el momento en que la penetraba era como esa primera caída que incrementa los niveles de adrenalina hasta límites inimaginables, era alcanzar el Nirvana.
    
    Poco a poco iba aumentando el ritmo, nuestros cuerpos chocaban, nos mirábamos fijo al rostro mientras cogíamos; Majo era una mujer muy caliente, gozaba con apretar mis nalgas con sus uñas mientras yo la cogía fuertemente. También gozaba arañando mi espalda, sabía que eso me calentaba lo suficiente como para hacerme terminar. De hecho, yo se lo decía, pero parecía no importarle. Creo que hallaba placer en hacerlo y encontrar que yo me reprimía con tal de seguir ...
    ... cogiéndola.
    
    Majo estaba excitada, pero era claro que aún estaba lejos de encontrar el mayor estado de excitación. Me pidió que paráramos por un momento mientras pegaba un porro. Esa era una de sus mayores fascinaciones, coger mientras estaba colgada.
    
    Nos sentamos al borde de la cama y mientras ella armaba el porro yo seguía tocándole su concha y besándole sus senos. Era imposible detenerse si se trataba de Majo, por lo menos para mí. Una vez que terminó de armarlo, me acostó sobre la cama, me montó y lo prendió. No lo fuimos rotando mientras cogíamos. El juego era sencillo, mientras ella fumaba yo utilizaba mis manos para acariciar sus caderas, su cintura, su culo, sus senos, su espalda, su cara; y mientras yo fumaba ella clavaba fuertemente sus uñas en mi pecho o en mi espalda, eso dependiendo de qué tan sentado o recostado estuviera. Majo era de esas mujeres que disfrutaba mucho el sexo de pie, ya fuera que yo la alzara y ella me rodeara con sus piernas para sostenerse o sencillamente que los dos estuviésemos de pie recargados o no contra una pared. Pero esa noche no lo hicimos; cuando cogíamos en dicha posición Majo gritaba y ante la inminente posibilidad de ser descubiertos por su hermana preferimos dejarlo para otro día. Una vez que nos fumamos el porro nos detuvimos, era el turno de Majo acostada boca abajo en la cama, a mi poco me gustaba coger en esta pose con Majo, ya que así difícilmente podría ver su cara, pero a ella le encantaba y una de mis grandes obsesiones ...