La profesora de autoescuela
Fecha: 30/04/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos
... te preocupes que lo harás.
Sin mediar más palabras, Adela se dio la vuelta y abrió la puerta de un armario. Sus ojos se agrandaron cuando vio que contenía. Tragó con nerviosismo, yo conocía de sobras el contenido, le entregó un collar parecido al mío, se lo puso ella misma sin rechistar.
La hizo colocarse tumbada de espaldas sobre la cama, las rodillas hacia arriba, con las piernas flexionadas y separadas. Hablaba en voz baja, sin ninguna fuerza, pero de una manera que dejaba claro que esperaba su obediencia. Seguidamente me pasó una cuerda envolví sus muñecas para sujetarlas a los barrotes del cabezal. Le acarició el vientre, pasó la mano por su pubis y tiró del pelo. Por los gestos adivine sus pensamientos, salí de la habitación y cuando volví había encendiendo velas para dejar la habitación en penumbras, se había sacado ropa y estaba solo con las medias. Me indicó subirme a la cama, de espaldas a su cara y en cuclillas sobre el vientre para de alguna manera inmovilizarla.
—Que vais a hacerme —cuando oyó el zumbido de la maquinilla al ponerse en marcha, se agitó, quizás empezaba a darse cuenta de lo expuesta que estaba ahora a nosotras y su pulso se aceleró ante la sensación de vulnerabilidad.
—Te sugiero que no te muevas, de acuerdo —Primero le pasó las tijeras para vaciar, después le enjabonó y completó la tarea de manera eficiente. Pasó ambas manos por la piel, para asegurar que no se ha perdido un solo pelo. Toda la operación se hizo en silencio. Desde ...
... mi posición me deleitaba viendo como quedaba rasurada, brillando y de un rojo subido, no sé si por la excitación, sus labios vaginales abiertos como alas de una mariposa, entre el canal de sus nalgas se adivinaba el agujero anal cerrando y abriendo nerviosamente. Creo que mi sonrisa me delato, Adela imaginó mis pensamientos al decir: —todo tuyo —Mientras alzaba las piernas y se las separaba aún más, pasé la cabeza entre ellas. Mi boca besó su coño delicadamente, notaba como su sabor, con la lengua recorrí suavemente aquella zona recién depilada. El roce de mi lengua hizo que lanzase sus primeros suspiros. Con la punta de mi lengua recorrí lentamente los labios de su vagina, una leve presión hizo que se fuesen abriendo a mi paso, su interior estaba húmedo y cálido con un sabor extremadamente dulce, repetí el recorrido varias veces.
Cuando encontré la entrada de su vagina, introduje mi lengua en ella, presionando para que penetrase en lo más profundo de su sexo. Sin prisas me fui acercando hasta llegar a su clítoris. Lo lamí circularmente, al principio muy lentamente, humedeciéndolo con sus propios flujos que mí lengua recogía de su sexo. Cuando note su clítoris duro, lo chupe primero a intervalos suaves y cortos hasta ir prolongando su duración. Sin separar mi boca de su clítoris, mis dedos acariciaron la entrada de su ano. En ese momento, sus gemidos fueron más continuados y acompañados de palabras que me era imposible de comprender desde mi posición. Fue entonces cuando ...