Experiencia erótica de una atea con su ángel guardián
Fecha: 07/05/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos
... completamente. Así pase largo rato llana de felicidad luego camine así desnuda hacia un vado que se encontraba próximo de donde me había desnudado. Divise una roca llegue a ella, era de unos cinco metros de altura la escalé sin prisa pero sin detenerme hacia su cima, de allí se podía apreciar la grandeza y carencia humana. Después del gusto por lo hermoso del lugar vino el susto por lo sola que estaba. Era la primera vez en mi vida que estaba así de sola.
Desesperada grite:
¡Puta madre! ¡Puta madre! ¡Puta madreeeee! ¿Dónde estoyyy? ¿Qué hago aquí? ¿Qué pasa? Mierda estoy sola en el mundo. El miedo y temor de no saber dónde estaba se apoderó de mí ser. Busque con mi vista una casa, un ser humano a quien preguntar las mil y una preguntas que circulaban una a una en mi cerebro y hacían que el sentido de ser humano se pierda y llegué a mí el ser divino que raudo me contestaría con la única respuesta posible que podía tener:
-El Edén. El paraíso terrenal. Tangay. Es en el Edén donde te encuentras, Tangay. ÉL me llevó en cuerpo, no puede ser, me repetía una y otra vez, pero nada pasó, nadie me dio respuesta alguna sin embargo me fui tranquilizando, no tenía otra alternativa. Nuevamente vino a mí el gusto por lo que estaba viviendo.
El agua del río me llamaba:
-Ven, sé mía, aquí estoy para recibirte en mis brazos. Ven a mí. Anda no dudes en lanzarte hacía mí. ¡Ya! Lánzate. Me lance sin meditar peor dudar. Mientras caía sentí que alguien me estaba abarcando, ...
... envolviendo, encerrando, incluyendo, circundando, haciéndome de él.
¡Zas! caí en el agua. El río me abrió sus brazos y me hizo suya. Alguien a más del río rápidamente me abrigó toda, me abarcó, me incluyó en él, al instante comprendió mis necesidades más íntimas y me brindó al ser que Yahvé me habría prometido:
¡Sabah! ¿Mi ángel guardián?
Sabah. Mi ángel guardián. El ser que me había protegido toda mi vida era la personificación del humano que siempre me saboreó. De cuerpo perfecto con músculos firmes no muy exuberantes. Piel color canela tersa. Cabello completamente rapado. Ojos profundos y completamente negros. Sabah estaba todo él hecho a la medida de mis gustos, y necesidades. Sus manos eran maravillosas. Su miembro, justito para mí. Hecho a medida de mi feminidad.
¡Sabah! ¡Sabah! ¡Sabah!...
Sabah empezó a hacerme suya como nadie lo había hecho en la vida en lo profundo del río. Rodeados de agua y cientos de pececillos que ahí vivían. Todo me hizo. Todo le hice. Correspondí a su acción al instante al caer en cuenta de quién era. Me besó toda hasta el alma misma, su boca tenía el sabor miel. Con sus tersas y delicadas manos me acarició toda. No dejó de hurgar nada de mí hasta el sitio más recóndito de mi intimidad llegó. Lo más sublime fue cuando sentí como su Príapo angelical tocó mi intimidad y poco a poco lentamente con una exquisitez sublime nunca vivida fue penetrando hasta llegar a lo más profundo de mi cofre, lo acarició, lo abrió con delicadeza sus tapas y lo ...