1. Experiencia erótica de una atea con su ángel guardián


    Fecha: 07/05/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... hizo completamente suyo. Tomo de él mis gustos, apetencias, satisfacciones que como joyas de oro que las tenían guardadas y a nadie entregadas. Nos quedamos así fuertemente abrazados, unidos, fusionados divinamente. Nos besamos completamente todo nuestros cuerpos. Nos recorrimos de principio a fin. Él penetrándome. Yo siendo penetrada. Sabah amándome yo siendo amada. Tangay amando y Sabah siendo amado; luego vino la acción de entrar y salir, de apretar y soltar. La acción de dar y recibir mutua fue la constancia. Mi excitación crecía más y más ya sentía llegar a mi ser los orgasmos que tendría. Entendí que serían únicos divinos, sublimes, excelsos, extraordinarios prodigiosos e impresionantes. Nunca sentí un ser tan eróticamente entregado a mí y justo a mis necesidades de hembra. Él se satisfacía con mi satisfacción. Él gozaba con mi gozo. Supe que Sabah se orgasmaría con mi orgasmo. Mientras esto acontecía rememoré todas las experiencias eróticas que había tenido. Machos, hembras, objetos, dedos, lenguas, autosatisfacciones, sexo oral, anal, tríos, cuartetos, orgías sin fin pero nada de lo vivido se comparaba a la acción de mi ángel guardián.
    
    Tuvimos el mejor orgasmo compartido que había tenido en mi larga carrera erótica. Cuando sentí su culminación y regar su fluido en mi ser, sentí como si un río de lava ardiente se introducía en mí y me anduviera toda, era la sensación más deliciosa que había tenido. Fue tan hermosa que no pude evitar explosionar de gusto, asirme a ...
    ... él, ajustar su miembro lo más que pude para no dejarlo ir. Él no dejaba de regarme con sus fluidos y no dejaba de introducir y retirar su miembro mientras teníamos nuestros orgasmos. El agua del río hirvió por nuestro ardor. El mío de hembra poseída, abarcada, constatada, tomada, rodeada, implicada y satisfecha y de un ángel que dado, tomo por complacer a su hembra siendo también poseído, abarcado, constado, tomado, rodeado, implicado y satisfecho.
    
    Un fuego vivo quemaba mi sexo desde mi matriz hasta mi conchita que exudaba olores, sabores y fluidos que raudos se mezclaban con el agua del río. Fuego intenso, urgente, frecuente así como agudo penetrante, apasionado y ardiente tan ardiente que sentía como que me si hubiesen puesto un sello en mis interioridades. Mientras terminábamos nuestra relación poco a poco fuimos ascendiendo. Nadamos hacia la orilla y salimos del agua dados de la mano, nos quedamos recostados en la orilla del río por largos momentos, abrazados para reponernos de lo vivido y de lo sentido, pero Sabah quería tenerme más mucho más es así que muy pronto estuvo nuevamente tomando mi cuerpo a la orilla del río. Haciéndome suya una y otra vez como él deseó y por donde quiso. Me hizo suya a su gusto. Yo me entregué a placer. Me hizo sentir ese calorcito recorrer mi cuerpo una y otra vez. Cada vez que lo sentía dentro mío no podía evitar tener orgasmos tan fuertes que perdía la razón por lo que empezaba a convulsionar y tener miles de orgasmos. No podía gritar ...