1. Experiencia erótica de una atea con su ángel guardián


    Fecha: 07/05/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... palabras soeces como a mí gustaba ya que eso implicaba romper con lo maravilloso, sublime y divino del acto. Es más no podía articular palabra. Hicimos el amor cientos, miles de veces y lo más raro es que ya estaba muy cansada, adolorida de tanto sexo ya que me hizo suya por donde quiso, estaba marcándome como para nunca lo olvidara por eso no podía rechazarle. ¿Cómo rechazar algo tan lindo? Jamás. No recuerdo bien cuando se detuvo. Únicamente puedo recordar que tuve una cadena larga de orgasmos que me hicieron perder el sentido. Cuando desperté estaba sola nuevamente, sola en medio de la exuberancia selvática que me rodeaba. Mi ángel guardián se había desmaterializado, había regresado a su estado propio pero lo sentía muy junto a mí.
    
    No sé cuánto tiempo estuve ahí recostada tratando de explicar lo inexplicable, dentro de mí había una gran lucha. No sabía sí era real o fantasía lo que había hecho con Sabah, mi ángel guardián.
    
    Todo mi cuerpo me dolía por mi encuentro con mi protector, especialmente mis partes íntimas. Me ardían, me quemaban y me dolían mucho. Era un ardor que desde lo más profundo de mi ser salía hacía mi monte de Venus y mis posaderas. Era un ardor divino, sublime. Pensé que sería por las numerosas veces que hice el amor con Sabah. Ningún ser humano tendría la capacidad, la manera y las veces de hacer como él lo había hecho. Recostada como estaba abrí mis piernas todo cuanto pude. Me incorporé para ver mis partes íntimas y tratar de descubrir porque ...
    ... tenía ese ardor cuando pude ver:
    
    Un triángulo estaba marcado en mí ser íntimo.
    
    Al día siguiente me desperté adolorida, cansada como si hubiese vivido el sueño que tuve, empecé a repasar todo lo sucedido. Si bien me gustó mucho lo que había soñado especialmente todo el sexo que tuve con ese ser llamado Sabah. Qué bueno hubiese sido tenerlo aquí junto a mí para darle las gracias por lo que había hecho conmigo, por lo que me había hecho sentir pero no había nadie. Me dije: son simples sueños eróticos, nada más que eso por mi falta de sexo ya no había tenido ningún encuentro así de satisfactorio desde hace por lo menos hace tres o cuatro meses. Mi mente fría y racionalista eso me explicaba, son sueños nada más simples sueños hasta cuando sentí un calorcito triangular en mis partes íntimas que se adentraba hasta lo más profundo de mí ser. Al sentirlo empecé a sudar frío de pronto mi cuerpo ardía y estaba bañado de sudor. Mi mente no me decía nada, no me aclaraba nada. No podía aclararme nada. Tenía miedo de abrir mis piernas y mirar mis partes íntimas. Como estaba recostada de lado sentí detrás de mí a Sabah mi ángel guardián que me susurraba al oído: No fue fantasía, ni sueño erótico y empezó nuevamente a recorrer mi cuerpo con sus deliciosas, tersas, limpias y perfectas manos. Empezó a darme besos en la nuca que me hicieron estremecer mucho. Excitándome como había estado en mí sueño. Puso su virilidad entre mis piernas tocando y retirando muy sutilmente de mi centro erótico ...