1. Ya soy el puto del equipo (XII)


    Fecha: 10/05/2018, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... —escuchamos por detrás y abrimos bien el oído.
    
    — Es Mauricio, —dijo Abelardo.
    
    — ¡Mauricio, Mauricio, aquí!, —grité.
    
    — ¿Por qué lo llamas?, —preguntó Abelardo.
    
    — Porque es nuestro amigo y me busca, —respondí.
    
    — ¡Aaah!, —respondió Abelardo con voz de niño bueno.
    
    — Mauricio, ¡ah!, disculpa, me dijeron que estabais por aquí y pensé conversar con alguien, porque todo el mundo anda en la televisión.
    
    — Ven, siéntate aquí que hay hierba, —le dije.
    
    — Pero si molesto me voy, —dijo Mauricio.
    
    — No, no, ¿por qué vas a molestar?, si el que me voy soy yo…, —dijo Abelardo.
    
    — No, no te vayas —le dije a Abelardo, nos quedamos los tres a conversar.
    
    Fue entonces cuando me di cuenta que todavía estaba la polla de Abelardo dentro de mí y le dije:
    
    — ¡Pero…, saca esto, querido!
    
    Mientras sacaba y nos acomodábamos para sentarnos, dijo Mauricio:
    
    — Creo que os he molestado, no pensé que estabais…
    
    — No molestas, Mauricio, no molestas…, —le dije.
    
    — ¡Estabais follando!, ¿sí?, —exclamó Mauricio— entonces me apena haber interrumpido…
    
    — No te apenes —dijo Abelardo— es cosa buena y si no, mírate cómo se te pone tu polla.
    
    — Je, sí, es cierto, no me pasa nunca en la playa aunque esté Alicia conmigo, pero es la primera vez que veo a dos tíos follando y cómo se la has sacado…
    
    — Más te hubiera gustado ver cómo me la metió el animal este…, —dije.
    
    — Eh, eh, eh…, yo sé cómo te gusta…, —protestó Mauricio.
    
    — ¡Joder, machos! vosotros sí sabéis disfrutarla… ...
    ... —se maravillaba Mauricio—, a mí Alicia me deja lo justo, pero me tengo que masturbar yo y echarlo todo fuera; así y todo me dice: «hasta que nos casemos, nada»; pues no falta todavía.
    
    — ¿No te la chupa?, —dijo extrañado Abelardo.
    
    — No le gusta, no, nunca me la ha chupado, una vez me la tocó y ya no más.
    
    — ¿Quieres saber cómo es eso?, —dijo mañosamente Abelardo.
    
    — Pero no le digas eso, si no quiere ¿por qué insinuarlo?, —protesté.
    
    — Que le chupen a uno la polla no quiere decir que sea homosexual, tú, Doro, lo sabes bien, que hay muchos heteros que sus mujeres saber nada de mamar la polla y a ellos les gusta, —reflexionaba Abelardo.
    
    — Eso lo dicen muchos, pero yo no he probado, igual me gusta igual no, pero no me gustaría que los demás lo supieran.
    
    — Estas cosas no son para comentarlas, —le dije.
    
    — ¿Qué tengo que hacer?, —preguntó Mauricio.
    
    — ¿Tú?, nada, ponerte de pie o tumbarte, porque aquí no hay asiento, de pie nos ves, tumbado nos sientes mejor.
    
    Se tumbó y de inmediato nos pusimos a besar la polla de Mauricio, yo me dediqué a mamar su polla para ponérsela muy, muy dura, me di cuenta entonces que estaba circuncidada, cosa que antes no me había percatado. Abelardo le iba comiendo el escroto y de vez en cuando lo veía que paseaba la lengua por debajo del escroto intentando llegar al culo, sobre todo cuando Mauricio ya estaba sintiendo el placer en esos lugares tan sensibles.
    
    Miré a Abelardo para que mamara la polla, pero se puso con sus labios a ...