Yo no quería ser "putita"
Fecha: 13/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Vanessa0022, Fuente: SexoSinTabues
... pensaba en tocarme, pero tenía algo de pena conmigo misma. No lo sé. Era muy tonta o inocente o prejuiciosa. No me atrevía. Estaba dando vueltas en mi cama. De pronto, se abrió la puerta despacio y entró mi tío en bóxer. Yo me senté inmediatamente. --Perdón, ¿te desperté? --No, no puedo dormir. --Ni yo. Quería ver si estabas despierta. --¿Ibas a tocarte si yo dormía? --No, no, Vane… no sé. Es probable. --Lo has seguido haciendo después de aquella vez, ¿verdad? --Sí, pero lo hago menos seguido. --¡Dijiste que ya no lo hacías! ¿Cómo es posible que yo duerma y tú. ? --¿Crees que te hago daño haciéndolo? Hubo un silencio que parecía eterno. Yo intentaba pensar en alguna razón por la cual me hacía daño. Pero no, solo pensaba que era incorrecto, pero no podía decirle por qué. Él volvió a hacer la pregunta. --No, no me haces daño. Pero yo estoy dormida y es como… no sé, como un abuso. --¿Prefieres que te despierte? --¡No! No. ¿Estás loco? Pero tampoco que entres cuando yo estoy dormida. --Son las únicas dos opciones. No te puedo decir que dejaré de hacerlo. Es mentira; ya lo intenté. Si prefieres irte de la casa y regresar con tu mamá, yo entiendo. Pero por favor, no vayas a decir que es por mí. Eso me perjudicaría mucho. --No. No me quiero ir. Otro silencio que parecía larguísimo, y yo lo rompí. Sigo sin entender por qué dije eso. --Está bien, despiértame cuando entres. Él me miro detenidamente, penetrante. --¿Como ahora? --Hoy no me despertaste tú, pero supongo que sí, como ahora. ...
... Entonces, sin decir otra palabra, sacó su miembro del bóxer. No estaba tan firme como la vez anterior, pero él empezó a agitarlo despacio. No me quitaba la mirada de encima. Yo sentía algo en mi entrepierna. Él me extendió su mano, como ofreciéndome un baile, y yo le di la mía. La colocó en su pene, su mano encima de la mía. Empezó a mover mi mano. Despacio. Luego empezó a incrementar la velocidad. Su pene empezó a sentirse más duro y verse un poco más grande. Sus ojos parecían estar más pequeños, su respiración agitada. Salían jadeos de su boca. Yo sentía mis bragas húmedas, solo mantenía las piernas apretadas. Fueron solo unos minutos, y sentí dos espasmos de su pene y luego un chorro blanco, un poco espeso, saltó en mi brazo y en la sábana. Él tomó pañuelos desechables del tocador y me limpió. Me preguntó que si quería que él me masturbara a mí. Conteste que no. Me dio un beso en la frente, y mientras salía de mi habitación volteó y me dio las gracias. El lunes que mi tía regresó al trabajo, él entró a despertarme. Fue muy similar a lo que había sucedido el viernes, solamente había durado unos minutos más. Y así siguió despertándome todos los días de esa semana. Para el jueves, él ya no sostenía mi mano. Yo lo hacía sola. Así transcurrieron los días. Yo empecé a tocar mis senos cuando estaba sola en la ducha, pero seguía sin atreverme a tocar mi entrepierna. Después de que se corría, él siempre me preguntaba si podía tocarme a mí y siempre contesté que no, hasta que llegó ...