1. Mi hermana Julia - 3 -


    Fecha: 21/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Sentí cómo mi mano se calentaba con el contacto de mi verga y la leche que no cesaba de manar de ella. Mi placer fue inmenso, inenarrable; cómo nunca lo había sentido antes. Aquella fue la mejor paja de mi vida. Pero no quise cerrar los ojos en ningún momento: allí, frente a mí, con una expresión llena de lujuria bailando en sus brillantes ojos, estaba Julia; mi querida hermanita Julia, que miraba con un gesto de incredulidad todo lo que acababa de suceder ante sus atónitos ojos. - ¡Vaya! ¡Luis!… ¡¡Qué corrida!! pero ¿no acababas de correrte antes en tu habitación? ¡¡¡Has soltado una cantidad increíble de leche!!! - Sí, -dije entre jadeos- pero es que ha sido increíble… hacía tanto tiempo… y estabas tú, Julia; ahí, mirándome, ¡y sin bragas! Y has estado tocándote el coño. No me lo niegues. Te he visto, y verte hacer eso me ha puesto más cachondo aún. - Sí… bueno… -dijo Julia, visiblemente cortada- sí que la tienes bastante grande para tú edad… ¡y te has corrido con tantas ganas! Nunca había visto correrse a nadie así… has soltado mucha leche… Luis. Te aseguro, hermanito, que algún día harás muy feliz con ese “aparatito” tuyo a más de alguna muchacha ¡Ni mi Manolo se corre de esa manera! - Vaya, gracias, Julia…. no me había parado a pensar que tenías con quién compararme… -dije jocosamente- mientras me limpiaba la polla con sus bragas. Me esmeré en dejarla completamente seca. Julia me miró de nuevo a los ojos por un instante. Los suyos tenían un brillo muy intenso y ...
    ... extraño, que jamás le había visto antes. Bajó de nuevo la mirada hacia mi polla, que yo aún manoseaba lentamente, alargando el placer de mi corrida. Su mirada recorrió toda mi verga, escrutándola. Pude casi notar el contacto de sus ojos en mi miembro, como si se tratase de unas manos etéreas; después contempló los restos de leche esparcidos por mis piernas y por el suelo y se detuvo a observar un pequeño charco de semen a sus pies. Yo diría que Julia se estaba deleitando con la visión pormenorizada del resultado de mi corrida. Creí que se agacharía para verlo mejor, pero eso no llegó a ocurrir. Pareció que Julia empezaba a despertarse de un sueño. Dio unos pasitos atrás y empezó a estirar su falda hacia abajo, tratando de recomponerse y recobrar en lo posible el control de sus emociones. Su mirada dirigió la atención de nuevo hacia mi polla. Estaba empezando a perder un poco de su erección y aproveché para cogérmela de nuevo desde la base, junto a mis testículos y, haciendo presión sobre ella, deslicé mi mano hacia el capullo: los restos de leche acumulados dentro de mi verga afloraron por la parte superior y se derramaron sobre mi glande, descendiendo por toda la longitud de mi aparato hasta acabar formando un pequeño depósito de semen en la base de mi polla, donde se mezclaron con el poco vello púbico que tenía. Las bragas de Laura sirvieron nuevamente para limpiar esos restos de leche acumulados sobre mis huevos. Julia no perdió detalle de toda esa operación. Permaneció allí ...