Luisa, la ahijada de mi tía
Fecha: 24/09/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: D. Alexander, Fuente: CuentoRelatos
... ella quito mi franela y bajo mi bóxer, quedé desnudo para ella.
Mis manos seguían acariciando su cuerpo de guitarra, ella acariciaba mi espalda mientras nos besamos, poco a poco la fui llevando a la cama, la senté en la orilla, me puse de rodillas y comencé con los pies, se los lamía y chupaba los dedos, fui subiendo con mi lengua por las piernas hasta llegar al medió, con una mano la fui llevando hasta acostarla, colocando sus piernas en mis hombros mientras iba besando esos formidables muslos, ya con ambas piernas en mis hombros procedí a levantarlas y que las rodillas estuvieran cada una al lado de sus pechos. Estaba completamente abierta para mí.
Metí la nariz en la vagina, la bese y luego rodé la prenda íntima a la ingle y comencé a explorar con la lengua esa Humedecida raja, le estaba dando sexo oral y ella tiraba de mi cabello, yo sujetaba sus muslos, buscando el clítoris, cuando lo encontré lo hale y chupe con deseo desenfrenado, ella grita de placer y gemía, sus piernas tiemblan y su vagina se moja aún más, el néctar que brota de ella se confunde con mi saliva, está tan mojada que los líquidos corren hasta el ano, lo empapan y más abajo las sábanas.
En pocos segundos explotó en mi boca dejándose correr en mi lengua. Colocó sus piernas cansadas sobre mis hombros, mi quijada estaba cansada y mi lengua igual, después de un breve descanso, me levanté me incline y quite el pantys. Verla solo con bras era excitante.
Luisa decía con voz agitada. ¡Que divino ...
... hiciste que me corriera con tu lengua! Estoy muy excitada quiero más, hazme tuya.
La tomé por ambas manos y la traje hasta una mesa que había en la habitación, la senté, yo quede parado, mi pene llegaba justo a la entrada de la vagina. Ella abrió las piernas y comenzó a tocarse y me decía -ella es tuya penétrala.
Pasaba sus dedos y daba palmadas a vulva.
Mi pene estaba bien erecto. Coloque el glande en toda la entrada, lo tome con la mano y como si fuera una pincel, le pasaba el glande por toda la raja cómo si la estuviera delineando un lienzo, con la punta acariciaba el clítoris y ella se estremecía y jadeaba, hasta que puse la cabeza en toda la entrada, comencé a dar bomba y presión para que fuera entrando.
Luisa. Me duele pero me gusta, no se te ocurra parar, me voy a mover para que entre todo. Quiero toda tu verga adentro de mi cuca. Quiero sentir ese dolor cuando esté toda adentro. No me vayas a acabar adentro recuerda que yo no me cuido.
Esas palabras vulgares de ella me excitaron aún más, así que le di más bomba, ella se movía cómo una felina en celos. Saque sus tetas del brasier, las apretaba. Ambos estábamos locos de placer. Yo sentía que no podía penetrar, mi cabeza intentaba perforar el virgo, pero estaba duro, hasta a mí me estaba doliendo, ella me decía que le dolía mucho, poco a poco le fui dando y al mismo tiempo chupaba sus tetas y lamía el cuello. Ella estaba aferrada con los brazos alrededor de mi espalda y sus talones en mis nalgas empujando ...