La historia de muriel
Fecha: 15/10/2021,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Bueno, quiero que conozcas a la que ha sido una de mis mejores amigas, responde observando mi reacción de reojo.
-Muriel Alzola. Es una abogada chilena que conocí en Madrid, cuando vivía en España. Luego de un tiempo le perdí la pista y por cosas del destino la volví a encontrar casualmente hace unos días en un café cerca de mi oficina.
-Hoy me llamó para invitarme a su departamento a compartir unas cañas y tapas, como lo solíamos hacer en España. Me pareció una buena idea y le dije que vendrías contigo.
- Te caerá muy bien Muriel, estoy seguro que te va a gustar, terminó por decir, sonriendo.
Llegamos al departamento de Muriel en un exclusivo barrio del sector oriente de Santiago. Edificios de poca altura pero de líneas modernas y vanguardistas con amplios jardines interiores.
- Vaya lugar donde vive “tu amiga“,- le comenté a Andrés recalcando la palabra, mientras nos anunciamos con el conserje.
- Jajajajaja lindo tono tienes para para mencionar a “mi amiga “.
-Adelante Don Andrés, décimo piso la puerta de mano izquierda
Subimos por al ascensor espejado. Apenas se cerraron las puertas empujé a Andrés contra la pared y empecé a acariciar su entrepierna, le mordí los labios y entreabrí su boca con mi lengua. De pronto me toma por las caderas y se refriega contra mi cuerpo, sintiendo de inmediato la rigidez de su pene.
-¿Quieres comprobar lo caliente que me tienes? susurra.
Detiene el ascensor, me coloca de espalda frente al espejo, se baja el ...
... cierre del pantalón, levanta mi vestido y de una vez mete su pene en mi ano. Quedé inmóvil y sin defensa, Empezó a frotar mis pechos y a morderme el cuello mientras sus caderas me embestían, al principio suavemente para luego darle un ritmo intenso y pasional.
- Cuenta hasta diez Fabiola, ordena agitado.
- Uno...
- Dos...
Podía sentir como me penetraba su caliente pene, que entraba y salía de mi culo mientras seguía jadeante la secuencia numérica.
Antes de llegar a diez se me doblaron las piernas y en un profundo gemido mi ano atrapó con sus espasmos el pene de mi Amo que, al igual que yo, no pudo resistir las ganas de acabar junto conmigo.
A tientas traté de bajar dignamente el vestido y Andrés subir su cremallera y algo agitados volvimos a tomar rumbo al último piso.
Salimos del ascensor riéndonos a carcajadas tratando de mantener el equilibrio, cuando sentimos abrir la puerta de uno de los dos departamentos que había en el piso. La voz de una mujer nos sorprendió.
- ¡Por fin llegan! Me volví loca llamando al conserje por su demora, y nos mira.
-¡Vaya! Parece que lo pasaron muy bien mientras subían, ¿o me equivoco?-, dice riendo mientras saluda cariñosamente a Andrés dándole un beso en los labios y agarrándole el culo sin timidez alguna.
Luego me dirige una mirada directa y penetrante, de arriba a abajo, mientras Andrés le dice:
- Muriel, esta es Fabiola - la amiga de la que te hablé en el café.
- Fabiola, ella es Muriel, la única mujer con ...