Todos se cogen a mi mujer
Fecha: 15/10/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... cómo cambiaba su rostro al sentir la lengua y los labios trabajando. Hizo la cabeza hacia atrás, cerró los ojos y apretó los dientes, al tiempo que apoyaba una mano en mi nuca, y empujaba, cada vez que quería que me la meta más adentro. Luego se sacó la camisa y la tiró a un costado.
Me levanté, apoyé mis manos en sus pectorales, y lo empujé con suavidad hacia la cama. Leandro, totalmente desnudo, cayó boca arriba sobre el colchón. Me subí encima de él. Besé su cuello, mordí su pezón, bajé hacia su abdomen, y me reencontré con la verga venosa, colorada, que temblaba cuando mi boca volvía a su encuentro. Acaricié sus testículos, mientras lo pajeaba, y no paraba de lamer y succionar sus partes más sensibles. Los chorros calientes de semen no tardaron en inundar mi boca.
Fui al baño a escupir el semen.
- Sos un infierno de mujer. – me dijo cuando volví.
- Ahora espero que me complazcas como yo lo hice.
- Vení, acercate putita. – me dijo.
Se arrodilló sobre la cama. Yo fui a su encuentro. Me quitó el corpiño, y después la diminuta tanga. Besó mis tetas. Apretó con los labios mis pezones. Acarició mis nalgas, y cada tanto, los dedos se metían, tímidamente, unos centímetros en mi ano. Su sexo comenzaba a despertarse lentamente, a medida que jugaba con mi cuerpo.
- Llamá a tu marido. – me dijo. – Llamalo mientras te toco. No te preocupes, no te voy a hacer gemir. Sólo quiero escuchar cómo hablás con tu marido mientras te toco.
- Ya sabía que me ibas a pedir ...
... eso. – dije, recordando que el relato con el cual me había conocido tenía una escena similar, cosa que generó mucho morbo entre los lectores.
Fui a buscar el celular, y volví a la cama, a los brazos de Leandro.
- Si me llegás a hacer gritar o gemir, te juro que te dejo con las ganas y no me ves más. – amenacé, aunque sabía que, si me iba de ahí, la que saldría perdiendo sería yo, ya que todavía no tuve mi orgasmo.
- No te preocupes putita. Vos llamalo.
Marqué el número de Andrés. Leandro me abrazó. Sos manos recorrieron una y otra vez, sin detenerse, todo mi cuerpo. El teléfono sonaba, pero Andrés no contestaba.
- Parece que no tenés suerte. Habrá dejado el teléfono cargando. – dije, pero cuando terminé de hablar, mi marido contestó.
- Hola amor ¿pasó algo?
Leandro, al escuchar la voz de Andrés, bajó sus manos hacia mis glúteos. Los dedos se hundieron en mi piel, causándome dolor.
- Nada gordi. Te quería recordar que hoy salgo con las chicas. – dije. Los labios de Leandro se deslizaron por el cuello.
- Sí mi amor, ya me habías dicho.
Ahora bajaban hacia mis tetas.
- No no no, yo recuerdo bien que te dije que quizá volvía tarde, ahora te lo confirmo, pero quedate tranquilo que en un par de horas vuelvo.
Los dientes apretaron delicadamente mi pezón, haciendo que suelte un débil gemido.
- ¿Pasó algo? – preguntó Andrés, y Leandro, con la boca llena con mis mamas, rió perversamente.
- No nada. – Nos vemos en un rato.
- Divertite amor. – ...