Tres días con mucha huella
Fecha: 28/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
... función ellos seguían muy platicadores y nos invitaron a jugar a su casa. “Será sólo un rato”, precisó el padre suplicándome que accediera.
Carlos resultó ser un hombre viudo, muy dedicado a que sus hijos no resintieran la falta de su madre. Ayudado por tres empleados fijos, atendía un negocio de autopartes ubicado en la planta baja de la finca donde ellos vivían. Una vez en su casa, los niños se entretuvieron y nos dejaron solos.
–¿Deseas tomar café, té o algo más fuerte? –preguntó Carlos.
–¿Qué tan fuerte? –Pregunté– Mejor lo que tú quieras –corregí.
–Lo que tú digas, me dijo tomándome la mano para llevarme hacia la pequeña cantina de su casa.
Me metí y le dije “¿Qué le sirvo señor”?, al tiempo que me agachaba y descubrí unas revistas de Play Boy y Hustle que estaban ahí. Las saqué y se las ofrecí diciendo “También hay esto, lástima que no haya para damas. Ja, ja, ja. Me conformaré con la bebida” dije mirando cómo se enrojeció su cara, avergonzado. Pero se repuso de inmediato, me volvió a tomar las manos y, mirándome a los ojos, me dijo muy serio “Sí hay para damas, pero sólo un modelo”. No pude evitar la seriedad de su mirada que fue tornándose en un gesto amable y no pude evitar besarlo. Nuestras lenguas se acariciaron y al concluir el ósculo dije con cara alegre “El modelo está muy bien, ¿qué más sabe hacer?” Ya no hubo tragos, solo besos y caricias y me dejé llevar hacia su recámara.
–Este es el único modelo que hay aquí –me dijo cuando estuvo ...
... desnudo y a mí me había quitado el saco, la blusa y el brasier.
Me separé de él para preciarlo completamente. Su pene estaba perfectamente erguido, sus nalgas se antojaban para besarlas y, en general, su cuerpo estaba en muy buena forma con algunos músculos marcados. Seguramente yo tenía una cara de deseo más notoria que la de él y sin dejar de admirarlo dije “Me gusta el modelito y quiero ver cómo funciona”, al tiempo que yo me quitaba poco a poco la ropa que me faltaba. En cuanto estuve desnuda su boca y manos se fueron a mis chiches (¡siempre mis chiches!). Después sus besos bajaron hasta llegar a mi triángulo de vellos donde talló su cara y aspiró con profundidad el olor a deseo que emanaba de mi vagina. Carlos de rodillas sobre la alfombra, yo de pie, abrí las piernas para sentir su lengua chupando mis jugos y metiéndola cada vez más adentro.
Siguió besándome recorriendo los laterales de mis piernas hasta llegar a mis nalgas y sentí su lengua en mi ano, ¡qué delicia! Se irguió y me cargó para depositarme en la cama. Yo no dejaba de verlo, me maravilló su glande, del cual empezaba a escurrir el presemen, que no pude evitar chupar y pedirle que me lo diera acostada. Al poco tiempo le pedí que me cubriera con su cuerpo y dirigí su pene hacia mi interior. Mis orgasmos llegaron con mucha intensidad, nuestro ritmo era frenético y sentí una descarga poderosa en el interior de mi vagina, luego otra oleada más del caliente líquido que traía acumulado. Carlos quedó yerto sobre mí ...