Una mujer para todo uso
Fecha: 15/12/2021,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: zari, Fuente: CuentoRelatos
... esperando compasión.
Me sacó de encima, me puso sentada en el borde del sillón donde el había estado antes y me abrió de piernas e hincado en el suelo delante mio, se soltó la correa, se sacó pantalón y calzoncillo y se lo tomó con una mano y trato de meterme la cabeza pero empujaba y era imposible. Yo grité. Grité de dolor al sentir que me partía cuando entraba solo parte de su cabeza. Luis, el Chico todos se asustaron “los vecinos” dijeron y mientras el Gringo me metía sus dedos en la vagina me pusieron un pañuelo en la boca y sobre él una mordaza. “Ahora podís gritar todo lo que quieras putita” me dijo el Chico y se río. Yo tiritaba, las lágrimas me corrían y por momentos separaba con mis manos mis labios y jadeando, sudada, lo guiaba para que entrara de una vez pero era demasiado para mi. El Gringo comenzaba a molestarse y temía que empujara con todas sus fuerzas y me partiera de un momento a otro. Estaba tiritando, ni excitada ni consciente solo temblaba entregada sudando, acezaba como animal. De frente a mi hincado, en el suelo, levantó mis piernas con ambas manos las abrió y apuntando a mi vagina le clavó parte de su cabeza. Yo grité, jadié, asesaba como animal en celo, clavé las uñas en el sillón y mordí una correa que me pusieron en la boca hasta romperla, mientras la transpiración me pegoteaba el pelo en la frente. Entonces el Chico me dijo: “yo te voy a ayudar Zarina putita… que!… Putaza”, me dijo mientras me dejaba ir de lado toda disparatada.
- Gringo, ...
... siéntate en esa silla reclinable, le dijo.
- Son muy malos ustedes, les dijo riéndose y se fue sentar en la semioscuridad sin pantalones. Sabís, es que me da pena la flaquita, les dijo, nunca se lo había metido a una mina asi. Si quieren no me pagan y lo dejamos acá… me da pena, está asustada. Son muy malos terminó de decir sonriéndose y tomándose un largo trago.
- No Gringo si le gusta, tú no la conocís. Es puta, tu le metiste los dedos y como salieron…? Mojados, mojados porque le gusta. Yo convulsionaba en el sillón tirada desnuda, amordazada, quería que se fuera, que todo terminara así ahí, ahora. No más.
- Te la querís tirar? Le preguntó el Chico
- Si, claro que sí, está buenísima y le herramienta ya se aceitó pero, pero la voy a partir, dijo mientras se acariciaba su enorme pene.
- Preguntémosle. Si quiere o no quiere que se lo metas, le dijo Jorge Luis, maldito. “Pregúntale tu”. Y se dio vuelta y me dijo “querís montarte acá encima flaquita, a lo que sea?”. Miré a Jorge Luis que me miró helado de esa forma que me aturdía.
Pensé en esos momentos en los tantos que había un día despedido en mi trabajo, en los otros que pasé a llevar para alcanzar el puesto que tenía; en que si ellos creían que podía seguro podía, no iba a hacer menos…, de lo que era capaz la mujer que se perdió mi ex, eso fue lo que sentí mas bien, lo que pasó por mi cabeza cuando intenté decir que sí bajo la mordaza, moviendo la cabeza afirmativamente, desnuda y abierta tirada en el sillón ...