Celebrando la Pascua
Fecha: 24/12/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... escandalosa.
Viéndola brincar sobre mí, tan alegre, con ese ímpetu, gimiendo tan intensamente me voy acercando al orgasmo. Tengo que hacer enormes esfuerzos para no correrme. Por suerte, cuando ya no lo puedo resistir más, puedo controlarme apretando los músculos y cerrando los ojos un instante.
Pasados un momento vuelvo a abrirlos, cada vez estoy más cerca del precipicio. No lo puedo controlar, es el torbellino que me arrastra hacia un clímax inaplazable.
Me gusta mucho verla cuando levanta los brazos por encima de los hombros, se recoge el pelo haciéndose una coleta con la mano y sigue botando sobre mí. Sus tetas parece que adquieran vida propia, suben y bajan con un movimiento hipnótico desafiando la gravedad y mostrando su turgencia.
Siento ganas de chupetearlas, de atrapar los pezones entre mis labios al tiempo que los sorbo delicadamente. Me gusta ver el movimiento de tus tetas, cuando se las toca, se las aplasta, me las ofrece y cuando se aprieta el pezón para darte un estímulo extra.
Está en plena forma, sus movimientos son armoniosos y con ritmo. Sube un nivel cuando cambia la postura, se coloca en cuclillas sobre mi pubis y hace una larga serie de sentadillas.
Necesita apoyar las manos sobre mi pecho para mantener el equilibrio, su culo sube y baja con buen ritmo haciendo que mi polla entre y salga bien mojada. Contemplo el mete y saca emocionado. Me gusta ver como se clava, desaparece dentro y vuelve a salir brillante por la película de jugos ...
... que la envuelven.
Me gustaría ayudarle poniendo mis manos debajo de las nalgas y así facilitar el movimiento ascendente, pero no me ha dejado… también me gustaría acariciarle los muslos, el culete… pronto lo conseguiré.
Es una postura que permite una penetración de amplio recorrido, a mí me gusta verla “trabajando” así… como la piel de todo su cuerpo adquiere un tono brillante por el sudor que empieza a aparecer por todos sus poros.
Mientras se toma un respiro, le cojo de las manos y le propongo otra alternativa más descansada para ella.
Gatita, ponte de pie frente a mí. Pon tu sexo delante de mi cara, quiero verlo de cerca, olerlo, ver como palpita. Quiero ver como rezuman tus jugos, como los labios mojados se presentan como un jugoso manjar, ofreciéndose para ser devorados por un hambriento animal.
Hazme caso, déjate conducir. Agárrate fuerte a mi brazo, atrévete y déjate llevar. Vas a disfrutar de mis caricias.
Como buena chica que es, me obedece y deja que haga realidad mis fantasías. Se apoya en el cabecero a la espera de mi lamida. Me incorporo lo justo para tener acceso fácil y una postura consistente, para poder recrearme en la tarea.
Apóyate en el cabecero, mantén los pies pegados a mis caderas y déjame que coma en tu entrepierna. Veo que tu chocho está caliente, húmedo y muy sensible, por eso mi lengua lo lame lentamente de abajo a arriba, y luego mi labio superior hace el recorrido inverso. Mi saliva se mezcla con los jugos que no dejan de salir ...