Compartiendo más que piso
Fecha: 28/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dlacarne, Fuente: CuentoRelatos
... privilegiada comiéndole la polla, pero estaba a mil y tenía ganas de comérmela con otra parte de mi cuerpo. Me la saqué despacito de la boca, midiendo lo larga que era con mis labios y me senté encima de él. Nos restregamos como locos, me agarró el culo como si no hubiera mañana, todo sin parar de morrearnos. Apenado por quitar sus manos de mi culo, me quitó la camiseta, dejando mis tetas al aire. Lo miré en ese momento con cara de viciosilla.
-¿Te gustan mis tetas? - le dije mientras me las agarraba.
-Siempre me han gustado.
-¿Más que mi culo?
-No, eso sí que no. Me encantan tus tetas, pero es que tienes el mejor culo del mundo.
Nos entraron las prisas y, sin perder más tiempo, me hice el tanga para un lado de nuevo, agarré su polla y la encaucé para que entrara dentro de mí. ¡Uff! ¡Dios! Fue como si me abrieran en canal. Tuve que asimilarlo y pasaron unos pocos segundos hasta que pude empezar a cabalgar. Poco a poco fui cogiendo el ritmo, ayudada por sus manos en mi culo. Mientras rebotaba encima de él, me abría y cerraba el culo, agitaba los cachetes, recreándose y disfrutando de mi cuerpo. Se metió en la boca mi pezón derecho y no lo soltó en ningún momento.
Las piernas comenzaron a fallarme y cada vez recaía más en él la responsabilidad de mantener el ritmo. Cuando ya no pude más, ni siquiera haciendo él todo el esfuerzo, le avisé para cambiar de postura. Sus manos fueron de mi culo a mis tetas y las apretó sin dejar de chuparlas. Me saqué la polla y ...
... me hice a un lado, como estaba en un principio. Se vino hacía mí, se terminó de quitar los calzoncillos y me quitó el tanga. Sostuvo mis piernas con sus brazos en el aire, haciendo una “v” y me la clavó de nuevo. De nuevo me sentí flotando en el cosmos. Era increíble. En esta posición podía estimularme el clítoris con total facilidad mientras me penetraba, intensificando lo bueno que ya estaba siendo. Preocupándome solo de la mano que le daba caña al clítoris, eché la cabeza para atrás y cerré los ojos, conservando en mi retina la imagen de ese hombre fornido agarrándome las piernas y clavándome sin cesar la polla.
No sé cuánto tiempo pasaría hasta que me cerró las piernas y las giró hacia el exterior del sofá, dejándome la mano con la que me masturbaba aprisionada contra mis piernas. Me la metió y presionó las piernas, haciendo que todo estuviera más compacto y la sensación fuera más intensa. Sentí una avalancha por mis nervios y supe que ya venía.
-¡Quiero correrme mientras me comes el coño! - exigí.
Contento de complacerme, sacó su polla, echó cuerpo a tierra y metió la cabeza en el hueco donde estaba mi mano. Se apretó él mismo mis piernas contra su cabeza y comenzó a comer aprisionado con una técnica endiablada. Con cada lametón en el clítoris sentía que estaba más cerca. Venía, venía, venía. ¡Dios, Dios! ¡Me corría! Agarré su cabeza y impidiéndole que pudiera escapar. Sentía como eso le hizo estar más a tope y me hizo correrme en su boca, como si un tsunami de ...