1. Compartiendo más que piso


    Fecha: 28/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dlacarne, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasión surcara mi coño.
    
    Me quedé blanca. Tardé en reaccionar un rato. Él seguía a mi lado, masturbándose para no perder la erección ni el camino andado. Cuando me vi capacitada para seguir le invité a continuar por donde lo había dejado. Comenzó a follarme de nuevo, estando yo con el cuerpo recostado. Después de haberme corrido, su polla fluía ahora de manera increíble. Yo estaba en el limbo, sintiendo un placer distinto, pero igual de intenso.
    
    -¡Me corro, me corro!
    
    -¿Quieres correrte en mi culo, verdad? - asintió dando convulsiones.
    
    Sacó la polla de mi coño y se masturbó sobre mi culo hasta que una explosión de semen me bañó. En un momento estuve llena de lefa hasta por encima de la cadera, y continuaba chorreando. Gimiendo como si lo mataran, perdió todas sus fuerzas y cayó a mi lado. Acaricié su cara, contemplando lo pequeño que parecía ahora, tratando de demostrar lo agradecida que estaba. Esperé pacientemente a que se recuperara, sin dejar de hacerle carantoñas.
    
    -¿Estás bien? - dijo en cuanto recuperó el aliento. Asentí con una cara de placer absoluto -. Debería irme.
    
    -¡Jo! No quiero dormir sola. Podrías ...
    ... quedarte. Mary llegará casi de madrugada y estará durmiendo que vaya al trabajo.
    
    -Es arriesgado. No tenemos nada formal, pero no creo que se sienta bien si nos pilla por la mañana en la cama.
    
    -Si te vas ahora la que no se va a sentir bien voy a ser yo – dije riéndome, pero haciendo chantaje con mis caritas.
    
    Ni que decir queda que aceptó y dormí rodeada por los brazos de Jack. Mary llegó poco antes del amanecer, más o menos una hora antes de que sonara mi alarma. Me al entrar a casa y yo desperté a Jack. Follamos otra vez y no me corté en mis gemidos. Luego, cuando llegó la hora de irme al trabajo, escapamos los dos como furtivos. Por la tarde, en un ratito que coincidimos Mary y yo en casa, me dijo que me había escuchado follar por la mañana y que le dio envida de ver lo bien que me lo estaba pasando. Le conté con pelos y señales, obviando nombres, y ella, con cara de cachonda, contestó que, como me descuidara, me lo quitaría. Estuvimos jugando a ese juego bastante tiempo hasta que comencé a preguntarme que por qué había necesidad de turnarnos con semejante secretismo; que, quizás, pudiéramos disfrutar de todo esto los tres juntos. 
«1...3456»