1. Yo no doy más.


    Fecha: 29/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... fosas nasales.- ¿Quizás te pueda ayudar?.- Su mano descendió por mi pecho hasta encontrar la costura de mis pantalones, yo simplemente me dejaba llevar como barco llevado por la corriente, sus dedos jugaron con la costura como el gato con el ratón haciendo que durará más tiempo la agonía.- Quizás necesites otro punto de vista.- Dijo separando la silla del escritorio, su mano por fin habían atrapado su presa transmitiendo su calor, sin soltarla dio la vuelta con su sonrisa de niña mala, sus ojos cargados de lujuria y su mano que comenzaba a mojarse de mi líquido preseminal.
    
    -Tal vez tengas razón.- Respondí cogiéndola de la cintura, mis manos se colaron como vulgares ladrones en la oscuridad, su cuerpo ardía mientras que su braga descendía ayudada por mis dedos, despacio sin prisa como queriendo eternizar el momento, otra vez nuestras bocas se juntaron compartiendo el aliento, su cara hizo un extraño al comprobar que aún tenía restos del whisky mezclado con el café.
    
    Atravesé su cuerpo guiado por su mano, sus labios se abrieron para cerrarse después dejando mi miembro prisionero, no dejaba de buscar mis labios jugando con su lengua, sus caderas se movían dejando en mi el rastro de su humedad destacando su color tostado con la blancura de mi piel, lo que en un principio me había parecido extraño en esos momentos provocaba mi mayor excitación, se podía ver esa diferencia como marcando dos mundos que se compenetran provocando el mayor placer que dos personas puedan tener, ...
    ... Anabel se separó de mi mostrando su cuerpo arqueado hacia atrás, su estómago se hundía haciendo que sus pechos salieran más dibujando aquellas montañas por las que perderse, mis manos fueron levantando su camiseta poco a poco, su piercing apareció indicando el camino, poco a poco sus pechos se iban descubriendo junto a una ligera resistencia al encontrar sus negros pezones, siempre me detenía en ese momento, eran como verlos despegar primero uno y después el otro cedieron dando un ligero vaivén, era como una llamada de atención, enseguida mis manos agarraron sus pechos recorriéndolos con las yemas de los dedos; sus caderas seguían moviéndose dibujando un ocho, sus brazos se enredaron en mi cuello acercando su cuerpo al mío para que pudiera besar sus pezones, mi lengua se enroscó primero en uno y luego en el otro, Anabel abrió la boca respirando profundamente, ya no soportaba más, abandoné sus pechos para sujetarla por las caderas intentando dar mis últimos momentos, una sonrisa apareció en sus ojos al notar el calor del semen en su interior, permaneció sobre mi moviendo su cuerpo.
    
    -No ha estado mal.- Anabel se levantó, me dio un beso en los labios y salió de la habitación, al momento escuche el agua de la ducha; no ha estado mal pero tampoco bien, esas palabras retumbaban en mi mente, no me daba cuenta que poco a poco iba haciendo el pozo más profundo, me vinieron a la mente las imágenes de Alberto cuando pasó su brazo por los hombros de Anabel, ¿hubiera sido la misma ...