1. Erick, Laura y yo


    Fecha: 15/01/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... interactuan y aquí Erick y Laura me lo estaban ofreciendo, de modo que podía hacer o no hacer, ellos iban a disfrutar de mi cuerpo y yo lo gozaría igual, pero decidí interactuar muy activamente.
    
    Por eso, entré en la sala y me quité el short —como estaba descalzo fue rápido—, me puse delante de Laura para que mirase bien mi polla sin pelos, larga, regordeta y casi mirando al suelo, asomando la punta del glande muy ligeramente, prácticamente solo el meato. Le di la mano, me la cogió y le di un tirón hacia mí, la abracé y le dije susurrando al oído:
    
    — Hace una hora que hemos comido, me gustaría pasar por la ducha por dos motivos…
    
    No me dejó continuar, me dio un beso y acalló mi boca, luego me arrastró a la ducha, allí, lo primero fueron sus pechos, se los acaricié con las manos y luego pasé mi cara por entre los dos promontorios, qué buenos que estaban y comencé a comérmelos, eran grandes. Ella me agarró la polla que ya se me estaba levantando y me la puso tan dura como un hierro forjado, sacó mi glande y parecía que iba a explotar. Todavía no habíamos soltado el agua. Vi el bidé y le dije:
    
    — ¿Puedo soltar mi suciedad en ese bidé?, ¿tienes una pera de goma?
    
    — Ahora estamos aquí, no necesitas ir al bidé, aún está puesta la manguera del enema, la acabo de usar, y la he limpiado. Yo te la voy a meter, como no tengo polla tengo palo de enema.
    
    Me lo mostró, es de forma cilíndrica de un buen ancho y eso ya me gustó más. Me hizo inclinar con la cabeza fuera de la ...
    ... mampara. Llegué con las dos manos al suelo y le di mi culo a su merced. Notaba como me separaba las nalgas con manos cuidadas y cuidadoras y me puso una crema metiendo y sacando el dedo. Me daba lástima que no fuera una polla, pero tenía detrás de mí una artista del sexo anal. Fue metiendo el tubo de acero inoxidable y sentí verdadero placer todo el tiempo, hasta que me llenó la barriga. No me quejé, no dije nada, le dejé hacer y sacó el tubo y allá que se fue todo, qué gusto, qué alivio. Repitió la operación hasta cuatro veces, como hago yo en mi casa, sin habérselo dicho.
    
    Acabada la operación llamó con un grito a su esposo y luego comenzó a comerme el culo. ¡Cómo pasaba la lengua y cómo la metía! Con el culo algo dilatado que tenía previamente, la lengua entraba en todas sus facultades y la movía dentro. Jamás una comida de culo me había hecho gemir tanto y disfrutarla.
    
    — Hala, cariño, ya tienes el culo de Hernán para ti, quiero veros disfrutar, —dijo Laura.
    
    Erick era buen amigo, pero para él el sexo, sexo es. Como estaba bien preparado metió el pene en el culo y ahora lo sentí mejor que junto a los árboles. Laura me ayudó a incorporarme para que estuviera más cómodo y nos besamos tal como sabemos besarnos los gays viciosos y las mujeres muy putas. ¡Qué besos! Metía la lengua hasta mi garganta y hacía que mi lengua llegara más profundo que nunca. Erick me besaba en el cuello y me mordía en el hombro. Laura se agachó y se puso a mirar y acariciar mi escroto, bastante ...
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