1. Mi nueva amiga


    Fecha: 23/01/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mucha suavidad. Estuvimos un buen rato dándonos placer, yo ya había pasado por un orgasmo causado más por la tensión que por el sexo, pero me sobraba gusto y calentura por este chico lindo y joven, que me estaba demostrando que tenía mucho aguante. Se sentó y me colocó sentada sobre su pene, de frente a él, mis piernas alrededor de su cintura y mis pies, a ratos, enganchados atrás de su espalda, jalándolo. Él me jalaba para sentir mis senos que le rozaban su pecho y para seguirme besando y repetía β€œ¡Silvy, Silvy!” a cada instante. Yo no permanecía quieta, cada vez que me daba libertad me elevaba y me volvía a sentar, introduciéndome su pene cada vez, dándole movimientos masturbándole con mi vagina, y con mis labios, todos ellos, los de mi boca y los de mi vulva, le estábamos dando mucho placer, interrumpido a cada rato por mis travesuras, para retrasarle lo más que se podía la llegada del momento de su orgasmo.
    
    Al estar sentada sobre su pene recordé hacerle un poquito de succión con mi vagina, como ya lo había hecho otras veces y así, primero lo hacía que estallara y luego, pensaba yo, lo sigo ordeñando, no lo suelto hasta que él se derrita por mí.
    
    β€œ¡MMMCCCMMM!” Ya me dí cuenta de que él había alcanzado su clímax, pero, como antes lo había ya pensado, mi vulva sabía hacer travesuras, seguí subiendo y bajando hasta que él se debilitó, me abrazó de la cintura y acurrucó su cabeza sobre mis pechos. Yo me sentía triunfadora, también lo abracé, mis pechos aplanados contra ...
    ... los de él. Me moví una segunda vez subí y bajé, y en eso sentí que me estaba echando más lechita adentro. Me apreté contra su regazo, el pujó nuevamente, se quedó apretando su mejilla contra uno de mis senos y me dijo β€œ¡Lástima, fue todo!”
    
    β€œ¿Qué quieres decir que fue todo?” le pregunté
    
    β€œ¡Eres maravillosa! ¿Es así como hacen sexo todas las mexicanas? ¡Sentí como que me exprimiste hasta mi última gota!” Me dijo
    
    β€œ¡No sé, lo que sentiste es porque yo te deseé mucho y sentí muy rico lo que me diste, eres maravilloso!” fue mi respuesta.
    
    Se puso de pie, me hizo unas reverencias agradeciéndome, yo aún estaba de rodillas sobre la cama. Fue hacia donde Horacio que estaba todavía enganchado a Xing, a ella le dijo muchas cosas en chino, riendo de júbilo, la abrazó torciéndola por la posición en la que Horacio la tenía, se quejó y le dijo a Horacio algo y que ella me tenía que preguntar algunas cosas. También ellos estaban felices, medio boca arriba, con una pierna sobre el hombro de Horacio, él aún clavado en su cosita, a ratos los oía platicar, hubo veces en que ella se quejaba de alguna molestia, pero seguían adelante, muy suavemente, no como yo conocía a Horacio.
    
    Terminaron muy bonito y ellos se quedaron recostados. Xing nos invitó a que nos uniéramos a ellos.
    
    β€œ¡Lo que está viviendo esta cama, nunca lo creí que fuera a servir tan bien como ahora!” y todos nos reímos, yo la acaricié y le pregunté al oído si había tenido algún dolor, o molestia. Ya Horacio, que oyó a ...