1. Venganza consumada y angustia resuelta


    Fecha: 25/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... “Esto sí que no lo esperabas querida”.
    
    - “Dejame, que enseguida viene José y ahí vas a tener problemas”.
    
    Ya en el suelo, la inmovilicé con mis rodillas sobre el pecho y el puse cinta ancha en los labios.
    
    - “Ahora vamos a caminar hacia el lugar que usan habitualmente para retozar. Mientras andamos vas a ir sacándote la vestimenta y sembrando el recorrido. La última a dejar será la bombacha”.
    
    Así llegamos a un dormitorio con cama enorme. Totalmente desnuda la acosté sobre el lecho, uniendo brazos y piernas con cinta a la altura de las muñecas y de los tobillos. Tomé su cartera y revisándola en detalle saqué el dinero y dejé el celular a mano. Estimé que hasta la llegada del dueño de casa me quedaba poco tiempo así que me enfoqué en lo programado.
    
    - “Qué lástima querida, si me hubieras dicho que ya no querías seguir conmigo, nadie hubiera salido lastimado. Ahora no tengo más remedio que sacarme la bronca que me consume”.
    
    Tomé la fusta que había llevado a propósito y le asesté un golpe en la cara, luego dos cruzados en el pecho y otros dos cruzados en las piernas. Habiendo provocado cinco líneas de carne viva, me senté a un costado de la puerta a esperar el arribo del galán, teniendo como sonido de fondo el llanto y lamentos de mi esposa, un tanto apagados por la cinta que tenía en la boca. Obviamente me cubrí con capucha sin mostrar parte de mi cuerpo alguna.
    
    Cuando un ruido de pasos me indicó la cercanía del amante empuñé la pistola aprontándome. Apenas ...
    ... cruzó la puerta vio a Ana.
    
    - “¡Querida, qué pasó!
    
    - “Nada que puedas remediar”.
    
    Mi voz le causó tal sorpresa que, al mirar hacia donde yo estaba, mostraba sus facciones totalmente pálidas.
    
    - “Tenés dos opciones, recibir un tiro o seguir mis indicaciones. Presumo que preferirás la segunda opción”.
    
    Me respondió con un movimiento afirmativo de su cabeza
    
    - “Da frente hacia la ventana, colocá billetera y celular sobre la cama y sacate zapatos y medias. Luego pantalón y calzoncillo”.
    
    Cumplida esa parte le ordené acostarse boca abajo y cruzar las piernas a la altura de los tobillos, lugar elegido para inmovilizarlo con cinta resistente. Luego de hacer que quedara con torso denudo seguí el mismo procedimiento de maniatado, a la altura de las muñecas, con los brazos en la espalda. Al revisar la billetera saqué los pocos pesos que tenía y todas las tarjetas incluido el documento que metí en la cartera de Ana.
    
    - “La teoría indica que un tipo de tu posición no anda con estos pocos pesos disponibles. Donde tenés el resto? Una sugerencia, no me mientas. Mirá lo que le pasó a tu mujer por no hablar. No te golpearé, pero tenés doce articulaciones donde iré disparando hasta que me indiques dónde buscar”.
    
    - “En el fondo del primer cajón del placard. Además no es mi mujer”.
    
    En el lugar señalado estaban dos fajos con el precinto del banco. Era una buena cantidad.
    
    - “Encontrado lo que buscaba, hablemos. Cómo es eso de que no es tu mujer?”
    
    - “No lo es. Depende de ...