1. Beatriz y Carlos, casualidades.


    Fecha: 28/01/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estar tan cerca hacía de mí casi un pelele y no sé si hubiera sido capaz de negarle una mirada.
    
    Y así me vi viviendo en una ciudad extraña, sin conocidos y sin tener que llamar a la puerta de nadie, sin tener que pensar en nadie y sin embargo no dejaba de hacerlo. Ella había sido siempre mi vida, todo giraba alrededor de ella, era un imán que me atraía de forma casi irracional. Pero las horas se me hacían eternas, su imagen estaba permanentemente en mi cabeza y las palabras no dejaban de martillearla: amar ¿para qué?
    
    Jesús me dijo que cuando la vio ese primer día, estaba tremendamente seria y con los ojos muy perjudicados, seguramente por haber estado llorando. Me transmitió sus deseos, lógicamente, deseos que no podía cumplir. Nunca le respondí, nunca hubo quince minutos para ella.
    
    Cuando volvió a ir con los papeles del divorcio, pasados ya algunos días, me dijo que la vio totalmente demacrada, que su belleza había desaparecido de forma brutal, que era increíble como en tan poco tiempo había llegado a dar un cambio tan radical en su cara, en su pelo, en su vestir. Me dijo que no quiso leer los papeles, que lo yo hubiera decidido lo aceptaba sin objeción alguna, que volvieron a aparecer sus lágrimas, que miraba a Jesús suplicándole por verme un instante, que le facilitó la entrada al dormitorio, que con voz tremendamente apagada le pidió que por favor le dejara algo mío, que necesitaba sentirme de alguna manera, entre otras cosas se quedó con mi pijama que llevó a su ...
    ... cara para aspirar con fuerza mi ya lejano aroma. Jesús no le puso objeción alguna. Cuando él me lo contó lloré, lloré con fuerza, con amargura, con desconsuelo…, no lo pude evitar, éramos casi niños cuando nos conocimos y crecimos juntos en todos los sentidos, creí que la conocía como a mí mismo y sin embargo me equivoqué.
    
    A más de quinientos kilómetros de distancia, tuve la esperanza de comenzar a olvidarla pronto, de hacer realidad una nueva vida, eso me repetía de forma constante y cansina, no dar un paso atrás ni para tomar impulso. Pero lo que se aventuraba como sencillo se me hacía eterno, yo no era así, yo cuando quiero me vuelco con toda mi alma y mi alma estaba rota y no encontraba la forma de pegar sus trocitos. Mis compañeros de trabajo se empeñaron en que fuéramos a discotecas y pub donde el ambiente de leonas es lo que predomina y aunque lo intenté con todas mis fuerzas, inicié relaciones que no llegaron a nada, sólo sexo, y además me sorprendía a mí mismo cuando en más de una ocasión ese sexo era violento.
    
    ¿Por qué lo hacía? ¿Qué pretendía? ¿Hacia dónde iba en mi deriva?
    
    Qué fácil es plantear las cuestiones pero qué difícil es dar con respuestas convincentes. No las encontré, me desvivía por encontrarme a mí mismo, por salir de lo absurdo, de lo incierto, de lo irracional y disparatado. Quería ser feliz y no sabía cómo hacerlo.
    
    XII.-ELLA- soledad.
    
    Sara y Alberto se volcaron en mí, no me dejaban ni a sol ni a sombra, hasta el punto de que llegaron ...
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