1. La dama de negro


    Fecha: 29/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... a disposición de ella. Mi esposa no aguantó y, presa de la excitación, se puso en posición de cuclillas, frente a él, y metió a la boca ese gran pene.
    
    Yo pensé que aquello iba a ser una dificultad, porque el tamaño de aquel desbordaba la capacidad de la boca de mi esposa, pero ella se dio mañas para lamer aquel glande e introducir el pene dentro de su boca hasta donde le fue posible, sin dejar de frotar arriba y abajo, con sus manos, tal portento de miembro. Luego, quedándose un tanto corta para seguir atendiendo el pene de aquel caballero, decidió lamer sus testículos, con gran dedicación. Y luego, ella, sin dejar de acariciar ese cuerpo esbelto y bien cuidado, se fue trasladando a la cama, tendiéndose de espaldas y abriendo sus piernas.
    
    Jeison, comprendió que había llegado su momento y, sin más, se dispuso a penetrar a mi esposa. Sin embargo, demoró el momento y se dedicó a frotar su pene contra el sexo de ella mientras la besaba apasionadamente. Y ella, debajo de él, se contorsionaba deseosa de ser poseída por aquel, que pareciera la estaba haciendo sufrir al negarle el placer de tenerle dentro. La escena se prolongó unos instantes más, pues aquel encontraba excitante verla a ella un tanto desencajada a la espera de ser penetrada. La situación era tan sugerente que hasta yo estaba deseoso que de aquel lo hiciera y no tardara más.
    
    Y, finalmente, Jeison, así lo hizo. Apuntó su gran miembro al orificio en la trusa negra, que daba acceso al sexo de mi mujer, y de a ...
    ... poco, fue insertando su mástil dentro de su vagina, bastante húmeda en aquel instante. Ella, al sentir su miembro adentro, emitió un profundo Uuuhhh, muestra de la sensación placentera que estaba experimentando. Su pene, sin embargo, no entró del todo, y al parecer la copaba en todo su espacio. Ella ya había probado vergas grandes, pero esta se salía de los presupuestos.
    
    Jeison empezó a empujar, adelante y atrás, y a menear su miembro en diferentes direcciones mientras ella, plena de placer, no dejaba de contorsionar su cuerpo y gemir con cada movimiento de aquel. El, de un momento a otro, sacó su miembro, le pidió a ella que se acostara boca abajo sobre la cama, y procedió a penetrarla desde atrás. No hubo necesidad de acomodarla en posición de perrito, porque el tamaño del miembro de aquel le permitía acceder a ella sin ningún tipo de acomodación especial. El cuerpo de él cubría casi que totalmente el cuerpo de ella y así, en esa pose, se movió y se movió estimulado por los gemidos cada vez más intensos y continuos de ella.
    
    Al rato ella pareció llegar mientras que aquel no parecía inmutarse. Estaba gozando de lo lindo taladrando a mi mujer y encantado con la oportunidad que se le había brindado. De pronto ella se aferró fuerte de las almohadas y emitió un sonoro gemido que dio a entender que ya había al cansado su orgasmo. Jeison, entonces, sacó su miembro y estuvo atento a la reacción de ella, quien, aún contorsionándose por la sensación experimentada, tomó en sus ...
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