1. Entre el sueño y la vigilia


    Fecha: 09/02/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... moverse, cómo empujaba su cuerpo contra él y adivinó que el último y más intenso de los orgasmos estaba por hacerla estallar en mil pedazos y quería que sucediera al mismo tiempo que el suyo.
    
    La siguió, se acomodó a su ritmo, ajustó su respiración a la suya, solamente por pura maldad salió medio segundo de su interior para acariciarle el clítoris con la punta de la pija, de un empujón volvió a penetrarla y fue en ese preciso instante cuando sintió que ella comenzaba a gemir con intensidad y a sacudirse rítmicamente mientras que él soltaba todo su semen hirviendo en sus entrañas.
    
    Fue el orgasmo más prolongado que ambos recordaban haber tenido en mucho tiempo. Ella no podía dejar de tener un espasmo tras otro y él de seguir regalándole su leche no solamente dentro sino también sobre su espalda y al final de todo, con lo poco que quedaba de resto, acariciarle los labios para ver por última vez cómo esa hembra pasaba su lengua por ellos y los limpiaba de cualquier rastro de semen que pudiera haber quedado y no por pulcritud sino simplemente por avidez, para no perder nada de lo que él le había dado.
    
    Cayeron de espaldas en la cama ...
    ... exhaustos pero absolutamente satisfechos.
    
    Ambos sabían que nos les iba eso del abrazo después del polvo, no era un ritual que quisieran compartir mutuamente porque cada uno elegía a otra persona para disfrutar de ese instante y eso no les generaba ningún tipo de culpa ni cargo de conciencia.
    
    Lo de ellos nunca había sido amor, siempre tuvieron claro que era puro sexo, deseo, piel, instinto animal compartido y nada más porque tampoco pretendían que las cosas cambiaran.
    
    Luego de recobrar la compostura hablaron de dos o tres cosas sin importancia, él miró el reloj, le preguntó si podía darse una ducha y cuando terminó de asearse, se vistió, le dio un último beso y se fue sin ningún tipo de promesas de reencuentros.
    
    Cuando escuchó que la puerta de su departamento se había cerrado, se levantó de la cama, fue hasta el estante donde tenía acomodados sus perfumes, corrió la caja de uno de ellos, tomó la filmadora, chequeó que todo se hubiera grabado correctamente y la apagó.
    
    Mañana, si llegara a despertarse igual que hoy, decidiría si lo llamaba nuevamente o conectaba la filmadora al LCD y mantenía un momento de absoluta intimidad con su placer. 
«1...3456»