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La mejor de todas las putas
Fecha: 15/02/2022, Categorías: Infidelidad Autor: erostres, Fuente: CuentoRelatos
... dejar que los profesionales entraran en tromba, como elefantes en una estampida al ser abierta. En menos de tres minutos tenían todo controlado. El servicio estaba encerrado en una habitación de la planta superior y Sebastián y su mujer estaban sentados en un sofá del salón ante pistolas automáticas que los apuntaban. —¿Qué pasa, Carlos? —preguntó Sebastián al reconocerlo entre el grupo de asaltantes —¿Qué pasa? ¿Tienes cojones de preguntarme eso? —Gritó Carlos mientras agarraba de la pechera a Sebastián— ¿Te gustaría que me follara a tu mujer? ¿Te gustaría? —No entiendo nada, yo no conozco a tu mujer. Carlos nunca supo reprimir la ira ante las mentiras. El puñetazo lleno de rabia rompió el labio de Sebastián. La sangre empezó a mancharlo todo. —Follaos a esa puta, que esté cabrón sepa lo que se siente —dijo Carlos señalando a la mujer de Sebastián. Sumi dirigió con empujones a la mujer hacia el respaldo del sofá. El mismo en el que estaba sentado su marido. Remangó el horrible vestido que llevaba hasta la cintura y empujó su espalda para dejar el culo en pompa. Rápidamente tiró de las bragas que se rompieron como papel de fumar. Uno de los matones se puso frente a ella evitando que pudiera levantar la cabeza. Sebastián miraba a la mujer que estaba a su lado y suplicaba. —Carlos, por favor. Para esto, por favor. Sumi escupió en la mano y deslizó dos dedos por los labios mayores de la mujer. La zorra ya estaba húmeda por sí misma, no hubiera sido ...
... necesario. Enfiló el glande hacia la entrada y empujó con todas sus fuerzas esperando un grito que no llegó. Furioso, la agarró por la cintura para penetrarla con toda la violencia y rapidez con la que fue capaz. La mujer no gritaba, pero gemía como una actriz porno y dejó a todos los presentes sorprendidos. ***** Al entrar en casa lo primero que hizo fue quitarse la corbata y desabotonarse la camisa para después dejar la chaqueta en el perchero de la entrada. El maletín parecía pesar como si llevara plomo y subir las escaleras le costó tanto como escalar el Himalaya. Mientras lo hacía recordó las láminas originales firmadas por Frank Miller que traía para su hijo. Decidió dejarlas en su habitación, él chaval no tenía culpa de nada. Ya las había dejado sobre la mesa del ordenador cuando la almohada de la cama llamó su atención, sobresalía algo… Recibió otro mazazo al levantarla y ver que escondía unas bragas de su mujer. Eran inconfundibles con las iniciales bordadas. Se las llevó a la nariz y la furia lo invadió, olían a semen fresco… ¿Sería posible que además de puta su mujer follara con su hijo? Fue a la cocina a prepararse un whisky con hielo. Estaba apoyado en la encimera saboreando ya el tercero e intentando asimilar la traición de todos los suyos cuando lo vio. Era tan sólo un pequeño triángulo plateado, pero sabía de dónde procedía, era parte del envoltorio de un preservativo. Lleno de rabia vació el cubo de basura en el suelo esparciendo el contenido y rápidamente ...