Las mejores vacaciones.
Fecha: 23/02/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... él alzándome de la cintura sin apenas hacer esfuerzo entró dentro del dormitorio… pero no venía sólo, dos de los chicos con los que le había visto hablar, algunas horas antes le acompañaron. Uno era bajito de ojos azules que contrastaban sobre su rostro canela dándole un toque muy atractivo, el otro era una gran mole, alto, ancho, fuerte y muy muy negro, de nariz ancha y ojos como carbón.
- ¿Qué es esto?
- Son unos amigos, han venido para hacernos compañía. José, el de los ojos claros y este otro es Roberto – me presentó.
- Pensé que íbamos a estar solos.
- Si, pero a mi me pone que nos miren mientras follo, es una de mis filias que comparto con ellos, son de confianza. ¿Serás capaz de estar follando toda la noche?
Con la boca abierta no sabía que contestar.
- Podríamos probar y si te animas ellos participan.
Aquella era la propuesta más extravagante que me habían realizado nunca. ¡Era una locura!, pero total nadie me conocía y no volvería a verlos en mi vida.
- ¿Sólo mirar?
- Nosotros no te tocaremos a no ser que tú quieras – comentó uno de los amigos.
- Pero…¿no querrás que encima que nos estemos quietos? – soltó el más oscuro de los dos.
No sabía si fiarme, entre los tres podrían violarme fácilmente sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo. La sola idea hizo que mi vientre se contrajera en una sensación que no sabía diferenciar si era miedo o deseo. Como parecieron leerme los pensamientos me calmaron diciendo
Siempre puedes gritar, ...
... vendrán los de seguridad y el móvil o el teléfono lo tienes a mano.
A pesar de lo raro que todo aquello me parecía, me daba mucho morbazo la nueva situación que se había planteado, así que al final accedí no muy segura de lo que hacía. Los tres se desnudaron por completo, ante mis ojos atónitos, no estaban empalmados pero sus penes se bamboleaban sobre los rizos oscuros, aunque estaban a medio gas, eran de unas dimensiones más que considerables, en especial el más alto. Tomaron una silla cada uno y se sentaron tal cual estaban. Todos menos Paolo, que me dio la vuelta para que quedara de espaldas a ellos.
- No te preocupes preciosa muñeca, olvídate de que están aquí, ahora quedamos sólo los dos.
Empezó a devorándome con ansiedad los labios, lamiéndome el cuello, dibujando con su lengua los tirantes del sujetador deslizándola hasta la copa, metiéndola en busca de mis pezones. Un dedo lo movía con ritmo por encima del tanga, chupando y succionando la aureola. Dándome tanto placer que consiguió hacer que olvidara que estábamos acompañados.
La polla de Paolo erguida golpeaba mi vientre constantemente, era preciosa me arrodillé acercándola a mis labios y empecé a lamerla con delicadeza, tomándole los huevos con la mano y sacando del todo la lengua para que pudiera verme. Jugueteando con el prepucio que aun le cubría su capullo, metiéndole la puntita de mi lengua por cada pliegue de piel, consiguiendo que poco a poco fuera asomando el glande rosado y suave:
- Joder que ...