Las mejores vacaciones.
Fecha: 23/02/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... marioneta en mitad de una estupenda función.
Tirándome del pelo alzaron mi cabeza que bamboleaba de un lado a otro sin concierto alguno, frente mis ojos estaba la verga de Paolo en pleno apogeo. Inmediatamente y sin que me tuviera que decir nada abrí mi boca, él me la metió. ¡Joder, tenía tres tíos dentro!. Me sentí puta y diosa a la vez, o mejor dicho, “ la Diosa de las Putas”.
El más negro rugió desde lo más profundo de su garganta, lanzando un gemido gutural, mientras me inyectaba su semen por las tripas como un enema. José metió su polla hasta la empuñadura dejándome los labios vaginales apretados, mientras me daba la segunda inyección de esperma, pero Paolo que no hacía tanto se había venido continuó unos minutos machacándome su rabo en la garganta, hasta que repentinamente lo retiró por completo, soltando chorros y chorros blancos, cerré los ojos que quedaron cubiertos de denso líquido, tanto por las fosas nasales como por la boca me entró su leche cuando chille y aspiré buscando el aire que me faltaba por el colosal orgasmo que me vino, casi a su misma vez.
Nos acostamos los cuatro como pudimos en la cama que estaban asquerosas, llenas de ...
... sudor, flujo, semen e incluso algo de caca mezclada con esperma que había salido de mi ano al quedar vacío. Con un filo de las sábanas me limpié la cara, estaba pringada por todos los lados, el chocho me chorreaba. Haciendo grandes esfuerzos fui al baño, me sentía sucia, así que decidí darme una ducha. Paolo entró conmigo bajo el agua.
- Ha sido estupendo – le dije.
- Tú no has estado colosal, jamás pensé que te atreverías con los tres. ¡Nos has sacado bien toda la leche!.
Al salir, sus compañeros habían abandonado la habitación, tiramos las sábanas al suelo y nos acostamos sobre el colchón desnudo. Me desperté pasado el medio día dolorida y triunfal. No tenía ni ganas ni fuerzas, para salir así que pedí me subieran algo de comer a la habitación, que devoré inmediatamente hambrienta como estaba. Lo único que me dio pena era que al día siguiente abandonaría el hotel y seguramente no pudría despedirme de Paolo ni de sus amigos.
Al llegar de nuevo a casa he decidido regalarme para Reyes un precioso y enorme falo de silicona negra, al que espero dar uso para acostumbrarme a nuevas dimensiones antes de mis próximas vacaciones a algún destino caribeño.