1. En la mansión de la hermafrodita


    Fecha: 27/02/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desnudándose al entrar.
    
    –Esta vez por el culo, pero te advierto. No habrá más sexo anal si no lames tu propia corrida, que luego soy yo la que chorrea semen.–dije eso porque sentía que era mi deber establecer una jerarquía de poder con la hermafrodita, pueden llegar a darse muchas libertades si no se hace.
    
    –Como tu digas.–aceptó sin rechistar.
    
    –Bueno, ¿a qué esperas?
    
    –Espera. –en su limusina tenía un aceite lubricante que convenientemente tenía guardado.
    
    Una vez que tenía el ano lubricado, entró como si nada dentro de mi ano. A pesar de la actitud de María durante el rato que nos conocíamos, cuando le abrí mi culo pareció cambiar. Estaba como ausente mientras su polla avasallaba mi culo y me partía en dos. Mientras yo gemía y pedía más, escuché una bofetada. Mis pechos botaban con el ritmo de la enculada.
    
    –Perdón, a las hermafroditas el culo nos hace perder la conciencia. No se que nos pasa, pero simplemente nos concentramos en corrernos. Me entrenaron para autocontrolarme.
    
    –Ohhhh ohhh diosa mía, jooooder.
    
    –Antes de llegar a mi mansión, debo aclarar nuestro acuerdo. Cuando tenga visitas, tú serás una esposa objeto, te presumiré, te follaré pero no te compartiré. Sin embargo serás solo eso, una zorra sumisa. Luego, en confianza volverás a ser esa perra dominante.
    
    Qué estuviera diciendo esas cosas, mientras su polla asediaba mi culo era trampa, porque aparte de gemir y decir palabras cortas, no podía decir otra cosa. Además que con la follada que me ...
    ... estaba pegando, y que tuve ya un orgasmo, pues no iba a decir otra cosa que un si.
    
    –Vale
    
    –Me correría ya, pero como hermafrodita, cuando tengo el control sobre mi misma, puedo aguantar hasta media hora enculando sin parar.
    
    Cogió en sus dos manos, como pudo, mis pechos y siguió penetrando, para evitar que siguieran botando. La puta hermafrodita no mentía, debía estar ya más de diez minutos dándole a mi culo sin parar.
    
    –Pa-pa-para–dije intentando no gemir
    
    –¿Me corro ya?–asentí
    
    Siguió penetrando mi culo unos cuantos minutos ya, pero fin sentí su semen en mi interior. Tuve como tres orgasmos en toda la follada que me había pegado.
    
    –Diecisiete minutos y porque has querido parar.
    
    –Ahora ya sabes lo que toca.
    
    Ella se arrodilló y sin rechistar, metió su lengua en mi ano y se dispuso a ello. Yo jadeaba y recuperaba el aliento, nunca había tenido sexo de forma tan seguida. Desde luego, nadie me había durado tanto. Cuando terminó me acosté en el sillón de la limusina.
    
    –Te lo dije, Laura, no soy una fanfarrona y ahora porque no te sientas en mi polla.
    
    –Ya hemos follado como has dicho.
    
    –Pero quiero que te sientes en mi pene, para tenerlo calentito.
    
    –Vete un poquito a la mierda.–dije riéndome–Sobre Eliana, ¿está en buena manos?
    
    –Verás, llevaba unos días con una obsesión con las tetas, y me lo hizo saber en varias ocasiones. Da la casualidad, de que la he asignado con una sacerdotisa eclipse la cual estaba especializada en curar el control mental. ...
«12...678...»