La cita
Fecha: 24/03/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Sophia, Fuente: CuentoRelatos
... conocía, nunca las había practicado, aunque permanecimos más desnudos que vestidos, el lunes por la mañana, nos despertamos cerca de la 7 am, al mediodía nos separábamos para regresar a nuestras correspondientes ciudades.
El ardor de mi culo se había disipado, así que le pregunte:
"Manuel, tengo algo que decirte, si bien no fue un comienzo bueno, lo que continuo me encanto, haz ejercido una supremacía que me ha encantado, y creo que seguiría aceptando cada nueva proposición que me pidas, quería que lo sepas antes de separarnos"
"Tú también, Sofí, has sido una hembra excepcional"
Mientras me besaba, acariciando mi cuerpo, tocando mi sexo, alterando mi ser ante cada minuto que iba transcurriendo, me deje llevar a la vez de tocarle su miembro, me giro suavemente, acariciando mis sentaderas, hasta que jugueteó con mi ano, que aún estaba algo irritado por esa penetración tan activa. No tenía pensado volver a tener ese tipo de contacto, pero lo único que dije fue:
“Por favor tengo cuidado" en parte esa frase fue como que le daba autorización a ser transgredida por ese lugar.
Cuando sus dedos comenzaron a urgir ese sector tan delicado, abriendo mis cachetes dejando al descubierto mi ano.
Si bien aún me dolía no hice demasiado para impedirlo, solo trate tímidamente de disuadir, aunque Manuel no estaba dispuesto a continuar, así que opte a mamar bien su verga, como para ...
... lubricarla con mi saliva, cuando al cabo de un par de minutos me alzo, sentando sobre la mesa, mientras elevaba mis piernas, tomándome de mis glúteos, acercándome a su aparato, jugando con mi ano, hasta que lo puso, introduciéndolo lentamente pero sin pausa, sintiendo como se deslizaba, dentro de mi recto.
Nos mirábamos, viendo su cara de satisfacción, por lo que estaba haciendo, hasta que sentí que la totalidad de su falo, dominaba mi interior.
"Quieres que me masturbe?"
"Si, hazlo"
Sin quitar nuestras miradas de los ojos, comencé a tocarme, sintiendo el palpitar de su verga, en mi culo, mientras las yemas de mis dedos frotaban mis labios mayores. Todo fue lento, disfrutando esos últimos minutos, hasta que mi cuerpo comenzó a convulsionarse, senil suficiente para que Manuel, comenzara a agitar, entrando y saliendo de mi recto, a un ritmo acelerado, mientras mis dedos se apresuraban para llegar juntos al éxtasis.
Comencé a gemir fuertemente, mientras mi "macho" no dejaba de bombearme, hasta que la explosión fue simultánea.
Creo que jamás olvidare ese orgasmo, mezclado de dolor, de una pasión desmedida, cuando me alzo, abrazándolo con mis cuatro extremidades, dirigiéndonos a la ducha.
Sentí mucha tristeza cuando nos despedimos, no sé cuándo volveríamos a encontrarnos, si es que, se llegase a concretar.
Mes y medio después el test de embarazo, corroboró mi estado.