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Si te daba mis pechos, tendría que darte hasta el culo
Fecha: 01/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... otros besos más donde intenté sobarle los pechos por sobre su blusa y llegar a su sexo por sobre sus pantalones y ella siempre me alejaba las manos de estos lugares de su cuerpo. Ese día no pasamos de solo besos y de nuevo, nos incorporamos y la fui a dejar a la estética y luego después en el tiempo acordado la fui a recoger. Pasamos por varios días así, donde parecíamos dos chavales jugando a los besos y siempre iba porque siempre imaginaba que ese día me lo iba a dar todo. Intenté desabrocharle sus blusas algunas veces, llegar a sus pechos y mamarlos y el día que por primera vez toqué su sexo sobre sus húmedas bragas, ella llevaba una falda corta y me atreví pues poco a poco subí a su entrepierna hasta sentir la tela y humedad de su concha. Me la quitó y solo me dijo: ¡Me da miedo! Realmente siento que esto no está bien. -terminaba diciendo. Yo realmente no la apresuraba pues en la universidad tenía mis desahogues y Gaby y algunas chicas en turno siempre estaban dispuestas a entregarme el culo cuando yo lo deseaba. Creo que me mantuve insistiendo por la extra-adrenalina el saber que uno se puede meter en problemas buscando sexo con una mujer casada. Todo cambió el día que Juliet me dijo que ya no los veríamos, pues a su marido lo habían cambiado al turno de la noche y estaría en casa todo el día. En forma de broma le dije que, si algún día quería dormir calientita, pues que me lo hiciera saber y ella solo había sonreído. Una noche me habló por teléfono y me decía ...
... que necesitaba hablar conmigo, que teníamos ya un par de meses que no lo hacíamos. Eran la una de la mañana y por suerte yo contesté antes a que lo hicieran mi hermana o mi madre. Estuvimos hablando por unos diez minutos cosas triviales y de repente de la nada salió con la propuesta: -¿No te gustaría venir y estar conmigo? -¿Cuándo… ahora? -Si… si puedes. -Y como… ¿Cómo le hago? -Sáltate el cerco, la malla metálica de la ventana es fácil removerla. – me dijo. No lo pensé mucho y salí por la puerta corrediza de mi habitación. Subí la pared de la división y me hice paso entre los arbustos y cipreses intentando no hacer mucho ruido. Vi que Juliet tenía una luz que poco iluminaba, removí la malla que protege contra los mosquitos y Juliet no aparecía para que abriera la ventana. No quería hacer ruido, pues no sabía que pasaba al otro lado de la pared y de repente veo que abre un poco la cortina para echar un vistazo afuera, la identifico y le toco la ventana. La abre y me dice: -¡Pensé que ya no vendrías! -He estado esperando en la ventana por unos diez minutos. -¡Perdón! Me fui a la sala para asegurarme que todo esté con llave. Sabes… ¡Estoy muy nerviosa! Llevaba puesto uno de esos camisones de tela semi transparente para dormir, pero además tenía una toalla que le cubría los pechos y en algo las nalgas. Era una habitación pequeña donde apenas cabía la cama, en frente un espejo con su respectivo gabinete y un armario pequeño. La niña dormía en la sala ...