1. Si te daba mis pechos, tendría que darte hasta el culo


    Fecha: 01/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... quedó viendo con esa mirada muy tierna que tenía y con una morbosidad que sentía me comía desde la distancia. Ella pensó que no me atrevería, mas ella no sabía que estaba adicto al sexo anal, pues más bien, mi primera eyaculación fue haciendo sexo anal. Ella me lo preguntó:
    
    -¿Te gustaría experimentarlo?
    
    -¿El qué… sexo anal?
    
    -Si… ¿Te incomoda o no es lo tuyo?
    
    -Para nada, me gustaría experimentarlo contigo. -le dije.
    
    Ahí estaba y a punto de romperle el culo a la bella Juliet. No me lo creía, pensé que iba por lo básico con la esperanza de rogar y que un día me diera la oportunidad de romperle el culo y resulta que la callada Juliet, parecía tener esa fantasía o quizá al igual que yo, era adicta al sexo anal. Recuerdo que la puse en cuatro sobre la cama y se sorprendió cuando me fui por detrás a lamerle el camino de sus nalgas hasta encontrar su ojete. Se lo succioné y lamí de arriba abajo y esta chica catracha solo disfrutaba y gemía de tremendo placer. Recuerdo que me dijo con su acento centroamericano: ¡Vos si sabes lo que haces! – Le lamí el culo por media hora y su concha estaba tan húmeda y solo le metí mi falo por un par de minutos para lubricarla y se la saqué para introducirla a su rico y bien apretado culo.
    
    Juliet tiene un culo tan apretado que me costó perforarlo. Fue difícil que Juliet sostuviera mi glande pues este era rechazado. Se quejada del dolor, pero era ella la que insistía en ser penetrada. Le dilate el ojete con un dedo y luego dos, ...
    ... pero según Juliet mi falo es muy grueso y la cabeza es todavía más gruesa, pero lo que me gustó de esta chica, fue que no desistió y yo quería realmente cogérmelo. Finalmente, después de tanto intentarlo los 22 centímetros de mi verga se hundieron en el rico y bien solido culo de esta linda mujer. Nos tomó algunos minutos en hacer ese vaivén, pero una vez comenzamos, no paramos hasta ver de nuevo correrse a Juliet. Pasamos en esa posición de perrito por unos 20 minutos, pero luego me pidió que ella quería montarse. Pude ver como de nuevo Juliet se metía cada centímetro de mi verga y como flexionaba sus piernas. Luego cambió de posición y se sentó literalmente en mi verga y descansaba sus rodillas por sobre la cama y se levantaba una y otra vez para sentir que mi falo se le introducía. Yo le llevé ese vaivén y creo que sintió las cosquillas del placer. Una vez encontró la posición correcta, fue un vaivén que no paró hasta que de nuevo se corría. Gimió y de nuevo tomó una cobija para morderla y mitigar el ruido, y vivía un potente orgasmo anal del cual me dijo que este era el segundo que había sentido haciendo sexo anal, pero que este había sido el más potente que había experimentado. Con sus gemidos y gestos de su rostro, me llevaron a mi segunda corrida y eran la tres y once minutos de la mañana. Nos fuimos a bañar rápidamente y nos dimos un beso y nos despedimos y salí por la ventana.
    
    Esas aventuras las tuve un tiempo y un año después ella y su esposo se habían mudado a un ...
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