1. Mi miedo a volar es calmado de forma inesperada


    Fecha: 07/04/2022, Categorías: Hetero Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... hasta el ombligo. Tenía una cintura definida, de gimnasio. Una vez colocada la maleta, se agachó para dejar la bolsa del asiento en el suelo. Yo la miraba sin rubor, como hipnotizado, sin pensar en disimular. Tal estaba siendo la impresión que me estaba causando esta chica. Hay chicas guapas, muchas, y hay chicas que te producen un sentimiento que vas más allá al verlas. De estas hay muy pocas, quizá conozcas diez así en toda tu vida. Para mí, esta era una de esas diez.
    
    Al agacharse, la camiseta de tirantes se despegó ligeramente de su cuerpo, y vi su escote durante un microsegundo. Fue un movimiento muy rápido, por lo que no pude ver claramente, pero me dio la sensación de que no llevaba sujetador. Ya no tenía dudas, “chica gorra” de manual, lo que significa problemas. Un sentimiento de presión recorrió mi pecho, como cuando era pequeño y me hablaba la chica que me gustaba. Tenía unas tetas de buen tamaño, muy bien puestas. Al incorporarse, me pilló completamente mirándola sin disimulo. No soy el típico que se queda mirando de forma tan obvia, pero esta chica era de otro mundo. Se quedó mirando y yo retiré la mirada rápidamente. Qué momento tan incómodo. Y lo peor, tenía que pasar 10 horas a su lado. Vaya cagada, qué idiota. De reojo, vi que me miró unos segundos más, y me pareció ver una medio sonrisa en su cara. Joder… vaya situación. Para mi fortuna, María estaba mirando por la ventana y no se dio cuenta del papelón que había montado.
    
    Intenté disimular y no ...
    ... prestarla atención ni una vez más. Sentía una vergüenza descomunal. Por suerte, o desgracia, mi mente poco a poco se empezó a concentrar en el tema principal del momento, un viaje en avión de 10 horas sobre el Atlántico, y la vergüenza por la pillada de esta chica pasó a ser un tema secundario.
    
    Despegamos, me puse una película, que se convirtieron en dos. Me abstuve de ir al baño, para no tener que interactuar con la chica del pasillo. Esperaría a que se durmiese para pasar sin que se diese cuenta.
    
    Al acabar la segunda película, durante la cual sirvieron la cena, oí que iban a apagar las luces. Alrededor ya vi a algunos que estaban durmiendo. María se puso la almohada, cascos y antifaz, y en 5 minutos estaba durmiendo profundamente. Qué envidia me daba. El vuelo estaba siendo tranquilo, pero yo no conseguiré dormir nunca en un avión.
    
    La chica de al lado no se dormía tampoco, llevaba su propio ipad y se estaba viendo una serie entera. Se había levantado una vez para ir al baño, durante la cena, pero idiota de mí, no aproveché ese momento para ir yo también.
    
    Necesitaba ir al baño urgentemente, no podía más, tenía que levantarme. Cogí fuerzas, y sin tocarla, le pedí si me dejaba pasar. Me miró. Por primera vez vi sus ojos claramente. Eran de un color azul verdoso. Tenía unos labios algo carnosos, sin ser gruesos. Debía tener unos 22 años, cara juvenil. Yo, con mis 29 años, le debía parecer un viejo verde. Solo me quedaba resignarme, me había pillado mirándola las tetas, y no ...
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