Mi miedo a volar es calmado de forma inesperada
Fecha: 07/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos
... me daban igual todos los de alrededor.
Apreté los dientes, me agarré a los reposabrazos, mientras la chica seguía recorriendo mi polla por completo con los labios fuertemente apretados a ella. Ya sale. Un poco más… ya… exploté. Exploté como nunca. El primer lefazo que solté hizo que un calambre se extendiese desde la punta de la polla hasta los huevos, bajando por los muslos hasta los pies. Solté uno, y otro, y otro. Cada corrida venía acompañada por un movimiento mío, como si estuviese disparando con la polla. La chica seguía chupando, aunque ahora a menor ritmo. Sus labios seguían fuertemente pegados a mi polla, como tragando y a la vez evitando que ni una gota de semen se escapase de su boca.
Terminé de correrme, pero ella se quedó pegada a mi polla durante unos cinco segundos, succionando fuertemente. Finalmente sacó la cabeza de debajo de la manta y se incorporó. Su cara había cambiado, mirándome sorprendida, impresionada, todavía con la boca cerrada. Aun habiéndome corrido hacía cinco segundos, no había podido tragarse todo, y lo seguía teniendo en la boca. Hizo un último movimiento de tragar, mientras me miraba:
- “Honey”, hace cuanto que tu chica no te daba sexo – dijo, mirando esta vez ligeramente a María.
No contesté. La excitación había pasado, ...
... y empecé a pensar racionalmente. Esta chica me había hecho una mamada, con María al lado. Qué cagada. Y ahora qué.
Se levantó, para ir al baño. Yo me quedé en el sitio, comiéndome la cabeza. Cuando volvió, se sentó, me sonrió como si no hubiese pasado nada, se puso los cascos, y se durmió. Yo flipaba, era esto normal para ella?
He de reconocer que había cumplido su objetivo. Me dijo que estuviese tranquilo, y lo había conseguido. Me hizo olvidar el vuelo. Quedaba todavía un rato de viaje, y me estaba empezando a entrar el sueño. Sin darme cuenta, y mientras pensaba en lo que acababa de ocurrir, me dormí.
Desperté sintiendo que alguien me agitaba fuertemente. Era María, mientras me miraba riendo:
- Cómo duermes! Y eso que dices que nunca puedes dormir en un avión!
Miré alrededor. Habíamos aterrizado, y la gente estaba saliendo ya. No me había enterado ni del aterrizaje. En el asiento de al lado, no quedaba ni rastro de la chica. Lo había soñado? Había ocurrido de verdad?
Me levanté, y saqué las maletas de los compartimentos superiores. Según salía, para comprobar que tenía todo, metí las manos en los bolsillos. En el bolsillo de atrás, noté un trozo de papel. Lo saqué, y lo abrí. Era un número de teléfono, empezando por +1, código de Estados Unidos.